04/04/2025
Existe la falsa creencia de que cualquiera sabe correr. Y aunque es cierto que el acto de correr en sí es sencillo, no lo es tanto el tener un buen desempeño en esta actividad, ni tampoco empezar de forma segura y efectiva. Si nunca la has practicado, conocer cómo empezar a correr te ayudará a establecer tus propios objetivos, mejorar tus marcas a medida que progresas y, lo más importante, prevenir ciertas lesiones asociadas al running que pueden desmotivarte.

Correr es una de las actividades físicas más completas y accesibles. No necesitas más equipamiento que unas buenas zapatillas adecuadas a ti. Es una habilidad innata en el ser humano y ofrece innumerables beneficios para tu cuerpo y mente, desde mejorar la salud cardiovascular hasta reducir el estrés. Puedes practicarlo solo, disfrutando de tu propio espacio y ritmo, o acompañado, compartiendo la experiencia con amigos o grupos de running.

Primeros Pasos Fundamentales en tu Camino como Runner
Abordar el running de un modo deportivo y consciente es clave para el éxito a largo plazo. Es un ejercicio cardiovascular excelente, pero requiere preparación, especialmente si partes desde cero. Lo primero y fundamental es ser honesto sobre tu estado actual de forma física. Correr exige a tus pulmones, músculos y corazón, aumentando su resistencia gradualmente. Evaluar tu punto de partida te permitirá establecer expectativas realistas y diseñar un plan de progresión seguro. Recuerda: la clave es ir de cero a cien de forma gradual, no en un día.
Evalúa tu Condición Física Inicial
Antes de atarte las zapatillas, considera tu nivel de actividad física actual. ¿Eres completamente sedentario? ¿Caminas regularmente? ¿Practicas algún otro deporte? Esta autoevaluación te ayudará a determinar cuán suave debe ser tu inicio. Si tienes alguna condición médica preexistente, es recomendable consultar con un médico antes de comenzar cualquier nuevo programa de ejercicio, incluido el running.
La Elección Crítica: Tus Zapatillas de Running
Tal como se menciona, el único equipamiento indispensable son unas buenas zapatillas. Pero no cualquiera sirve. La elección adecuada es crucial no solo para la comodidad, sino también para la prevención de lesiones. Debes considerar varios factores:
- Tipo de pisada: Pronador (el pie se inclina hacia adentro), supinador (el pie se inclina hacia afuera) o neutro. Esto influye en cómo el impacto de la carrera se distribuye por tu pierna. Una tienda especializada en running puede ayudarte a determinar tu tipo de pisada mediante un análisis.
- Tu peso corporal: Las personas con mayor peso necesitan zapatillas con mayor amortiguación.
- El tipo de superficie donde correrás: Asfalto, tierra, pista... Cada superficie requiere características de suela y amortiguación diferentes.
Invertir en unas buenas zapatillas es invertir en tu salud y tu capacidad para mantener la actividad a largo plazo. Evita usar calzado deportivo genérico o muy viejo.
Prepara tu Cuerpo: Calentamiento Dinámico
La forma en que empiezas cada sesión de entrenamiento es vital. Olvídate de los estiramientos estáticos antes de correr; estos son más adecuados para después. Antes de empezar a correr, realiza un calentamiento dinámico. Este consiste en movimientos suaves y controlados que preparan tus músculos y articulaciones para el esfuerzo que viene. Algunos ejemplos incluyen:
- Movilidad articular (tobillos, rodillas, caderas, hombros).
- Balanceos de piernas suaves.
- Elevación de rodillas al pecho caminando.
- Talones a los glúteos caminando.
- Zancadas suaves.
Un buen calentamiento aumenta tu temperatura corporal, mejora la circulación sanguínea hacia los músculos y reduce el riesgo de lesiones. Debería durar entre 5 y 10 minutos.
Tu Primer Plan de Entrenamiento: Caminar y Correr
Si nunca has corrido, lanzarte a correr kilómetros sin parar es la receta perfecta para el agotamiento y las lesiones. La estrategia más efectiva y segura para empezar es combinar caminar y correr. Esta es la piedra angular de cualquier programa de inicio en el running.
La Progresión Lenta y Segura
Empieza simplemente caminando a paso ligero. Mantén esta actividad durante varios días o incluso una semana si es necesario, hasta que te sientas cómodo manteniendo un ritmo constante durante 20-30 minutos. La clave es la constancia, no la velocidad inicial.
Una vez que te sientas a gusto caminando a paso ligero, introduce periodos muy cortos de trote suave. Intercala estos trotes con periodos más largos de caminata. Por ejemplo, podrías empezar con 15 segundos de trote seguidos de 1 minuto o 2 minutos de caminata, repitiendo esto durante 20-30 minutos.
La idea es ir aumentando gradualmente el tiempo que corres y disminuyendo el tiempo que caminas en cada sesión, a medida que tu cuerpo se adapta. No fuerces. Si sientes dolor agudo, detente y camina. Las agujetas leves son normales al principio, pero el dolor fuerte no lo es.
Ejemplo de Plan de Intervalos (Semanal)
Aquí tienes un ejemplo de cómo podrías estructurar las primeras semanas de tu entrenamiento, asumiendo que entrenas 3-4 días a la semana, dejando al menos un día de descanso entre sesiones. Cada sesión incluye 5-10 minutos de calentamiento dinámico al inicio y 5 minutos de caminata suave al final.
Semana | Intervalo (Trote/Caminata) | Duración Total (excluyendo calentamiento/enfriamiento) | Días/Semana Recomendados |
---|---|---|---|
1 | 15 seg trote / 1.5 min caminata | 20-25 minutos | 3-4 |
2 | 30 seg trote / 1 min caminata | 20-25 minutos | 3-4 |
3 | 45 seg trote / 45 seg caminata | 25-30 minutos | 3-4 |
4 | 1 min trote / 30 seg caminata | 25-30 minutos | 3-4 |
5 | 2 min trote / 1 min caminata | 30-35 minutos | 3-4 |
6 | 3 min trote / 1 min caminata | 30-35 minutos | 3-4 |
7 | 5 min trote / 1 min caminata | 35-40 minutos | 3-4 |
8 | 8 min trote / 1 min caminata | 35-40 minutos | 3-4 |
9 | Casi continuo (ej. 10 min trote / 1 min caminata / 10 min trote) | 30-40 minutos | 3-4 |
10+ | Incrementar tiempo continuo | Según objetivo | 3-4 |
Esta tabla es solo un ejemplo. Adapta los intervalos y la progresión a cómo te sientas tú. Si una semana te resulta demasiado difícil, repítela hasta que te sientas cómodo antes de pasar a la siguiente.
Escucha a tu Cuerpo
Es fundamental aprender a diferenciar entre la fatiga muscular normal y el dolor que indica un problema. Ignorar las señales de advertencia de tu cuerpo es una de las principales causas de lesiones en principiantes. Si sientes un dolor agudo o persistente en una articulación o músculo, descansa. Unos días de descanso a tiempo pueden evitar semanas o meses de baja.
Hidratación y Nutrición Básica
Mantente hidratado a lo largo del día, no solo cuando vayas a correr. Lleva agua contigo si vas a correr más de 30-40 minutos, especialmente en climas cálidos. Para carreras cortas de principiante (menos de 60 minutos), generalmente no necesitas comer nada especial antes, pero evita correr con el estómago muy lleno o completamente vacío. Una pequeña pieza de fruta o un puñado de frutos secos 30-60 minutos antes puede ser suficiente.
Enfriamiento y Estiramientos Post-Carrera
Al finalizar tu sesión de caminata/running, dedica unos 5 minutos a caminar suavemente para que tu ritmo cardíaco vuelva a la normalidad. Después de esto, realiza estiramientos estáticos suaves, manteniendo cada estiramiento durante 20-30 segundos sin rebotes. Enfócate en los principales grupos musculares utilizados al correr: cuádriceps, isquiotibiales, gemelos, flexores de cadera.
Medir tu Progreso y Mantener la Motivación
Una vez que te lances, es útil medir tu progreso. Inicialmente, concentrarte en la distancia en lugar del tiempo puede ser menos abrumador y más motivador, como sugiere la información inicial. Recorrer tu primer kilómetro sin parar, luego dos, y así sucesivamente, son hitos concretos que demuestran tu mejora de resistencia.
A medida que tu cuerpo se adapte y cojas el hábito, el running se convertirá en una actividad muy gratificante. Celebra tus pequeños logros y no te compares con otros runners más experimentados.
¿Qué Hacer si un Día no Puedes Correr?
La vida pasa, y habrá días en los que no puedas salir a correr debido al clima, compromisos o simplemente fatiga. ¡No te desmotives ni abandones el deporte! La flexibilidad es clave para la sostenibilidad a largo plazo.
Como se menciona, considera opciones alternativas. Si tienes una cinta de correr en casa o acceso a un gimnasio, puedes usarla. Además, los ejercicios de fuerza son un complemento excelente para el running. Fortalecer tus músculos (piernas, core, incluso tren superior) mejora tu eficiencia al correr, previene lesiones y aumenta tu resistencia general. Incorporar 1-2 sesiones de fuerza a la semana puede marcar una gran diferencia. Otras actividades como la natación, el ciclismo o el yoga también son fantásticas para complementar tu entrenamiento de running, trabajando diferentes músculos y sistemas sin el impacto repetitivo de correr.
Preguntas Frecuentes para Principiantes
¿Cuántos días a la semana debo correr al principio?
Para empezar, 3 o 4 días a la semana es ideal. Esto permite a tu cuerpo recuperarse adecuadamente entre sesiones y reduce el riesgo de sobreentrenamiento o lesiones. Asegúrate de tener al menos un día de descanso completo entre sesiones.
¿Es normal sentir molestias o agujetas?
Sí, es muy común sentir agujetas o fatiga muscular en los días posteriores a las primeras sesiones, especialmente si tus músculos no están acostumbrados. Esto suele mejorar con la práctica regular. Sin embargo, si el dolor es agudo, localizado o no mejora con el descanso, consulta a un profesional de la salud.
¿Cuánto tiempo tardaré en poder correr X kilómetros sin parar?
Esto varía mucho de persona a persona, dependiendo de tu punto de partida, tu constancia y cómo responda tu cuerpo. Siguiendo un plan progresivo como el de intervalos (caminar/correr), muchas personas pueden llegar a correr 30 minutos continuos (aproximadamente 3-5 km) en 8-12 semanas.
¿Necesito algún equipo especial además de las zapatillas?
Para empezar, no realmente. Ropa deportiva cómoda y transpirable es suficiente. A medida que avances, podrías considerar calcetines técnicos para evitar ampollas, un reloj para medir tiempo/distancia, o ropa específica para diferentes climas, pero no son necesarios para dar los primeros pasos.
¿Qué hago si me siento desmotivado o me salto un entrenamiento?
Es normal. No te castigues. Simplemente retoma tu plan en la siguiente sesión programada. Si te has saltado varios días, quizás necesites retroceder una semana en tu plan de intervalos para retomar la progresión de forma segura. La clave es la regularidad a largo plazo, no la perfección.
Conclusión: El Viaje del Runner Principiante
Empezar a correr es un viaje emocionante y gratificante. Requiere paciencia, constancia y escuchar a tu cuerpo, pero los beneficios para tu salud física y mental son inmensos. Siguiendo un plan progresivo, eligiendo el equipo adecuado y siendo flexible con tu entrenamiento, estarás sentando las bases para disfrutar del running durante mucho tiempo. ¡Ánimo con tus primeros pasos en este increíble deporte!
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