26/02/2025
La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad crónica que afecta el sistema nervioso central, impactando a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la inflamación, desmielinización y daño axonal, lo que a menudo resulta en una disminución significativa de la capacidad funcional, debilidad muscular, fatiga y problemas de equilibrio y coordinación. Estas dificultades físicas llevan a una menor actividad general, creando un ciclo negativo que puede empeorar los síntomas y aumentar el riesgo de otras enfermedades asociadas a la inactividad.

Ante este panorama, surge una pregunta fundamental para quienes conviven con la EM: ¿Es posible no solo mantener, sino incluso desarrollar masa muscular y mejorar la fuerza? La buena noticia es que la investigación científica reciente ofrece respuestas prometedoras, señalando al ejercicio, y en particular al entrenamiento de fuerza, como una intervención no farmacológica poderosa y eficaz.
- El Papel Crucial del Ejercicio en la Gestión de la Esclerosis Múltiple
- Entrenamiento de Fuerza: Un Enfoque Específico
- Beneficios Específicos del Entrenamiento de Fuerza de Alta Intensidad
- Implicaciones y Direcciones Futuras
- Preguntas Frecuentes sobre Entrenamiento de Fuerza y Esclerosis Múltiple
- Conclusión
El Papel Crucial del Ejercicio en la Gestión de la Esclerosis Múltiple
Históricamente, se recomendaba a los pacientes con EM que evitaran el ejercicio intenso por miedo a empeorar los síntomas o la fatiga. Sin embargo, esta perspectiva ha cambiado drásticamente. Hoy en día, el ejercicio es considerado una estrategia clave en el manejo de la EM.
La inactividad física es un problema común en las personas con EM, lo que las pone en mayor riesgo de desarrollar comorbilidades como enfermedades cardiovasculares y metabólicas. El ejercicio regular, por otro lado, ofrece una amplia gama de beneficios que van más allá de lo muscular:
- Mejora la capacidad funcional y la movilidad.
- Reduce la fatiga.
- Aumenta los niveles de energía y mejora el sueño.
- Puede impactar positivamente en el estado de ánimo y las emociones.
- Contribuye a una mejor calidad de vida general.
- Ayuda a prevenir enfermedades asociadas a la inactividad, como la obesidad, la diabetes y problemas cardiovasculares.
Aunque el ejercicio no tiene un efecto directo conocido sobre la progresión fundamental de la enfermedad a nivel de desmielinización, sí parece influir en la salud neurológica y, crucialmente, contrarresta muchos de los efectos debilitantes de la EM.
Entrenamiento de Fuerza: Un Enfoque Específico
Dentro del amplio espectro del ejercicio, el entrenamiento de fuerza (o resistencia) ha demostrado ser particularmente efectivo para las personas con EM. Estudios previos ya habían indicado que el entrenamiento de fuerza puede aumentar la fuerza muscular, mejorar el equilibrio y la marcha, y reducir la fatiga en esta población. Incluso se ha sugerido que puede promover la neuroplasticidad.
Una investigación reciente se propuso explorar más a fondo los efectos del entrenamiento de fuerza de alta intensidad, no solo en la fuerza y la función, sino también en marcadores de neurodegeneración.
Un Estudio Revelador sobre el Entrenamiento de Alta Intensidad
Un estudio piloto reciente investigó los efectos de un programa de entrenamiento de fuerza de alta intensidad en pacientes con Esclerosis Múltiple remitente-recurrente con discapacidad leve. Durante 6 semanas, once participantes realizaron 18 sesiones de entrenamiento (3 por semana) con intensidades que oscilaron entre el 70% y el 80% de su repetición máxima (1-RM). El entrenamiento se organizó en un formato de circuito para maximizar la eficiencia y el estímulo metabólico.
Antes y después de la intervención, se midieron varios parámetros clave:
- Grosor del músculo vasto lateral (un indicador de masa muscular).
- Fuerza muscular máxima voluntaria isométrica (MVIC) en ejercicios como sentadilla y extensión de pierna.
- Capacidad funcional mediante pruebas cronometradas como el Timed Up-and-Go (TUG) y el Sit-to-Stand de 60 segundos (60STS).
- Concentración sérica de Neurofilamento de Cadena Ligera (NfL), un biomarcador que se eleva cuando hay daño axonal o neurodegeneración.
Los resultados fueron significativos y muy alentadores:
- Aumento de la Masa Muscular: Se observó un incremento significativo en el grosor del vasto lateral después de solo 6 semanas de entrenamiento.
- Mejora de la Fuerza Muscular: La fuerza máxima (MVIC) en sentadilla y extensión de pierna aumentó considerablemente.
- Incremento de la Capacidad Funcional: Los participantes mejoraron su rendimiento en las pruebas TUG y 60STS, lo que indica una mayor facilidad para realizar actividades diarias como levantarse de una silla y caminar.
- Disminución de un Biomarcador de Neurodegeneración: La concentración sérica de NfL disminuyó significativamente tras el programa de entrenamiento. Esto sugiere un posible efecto protector del entrenamiento de fuerza de alta intensidad contra la pérdida axonal.
Aunque el estudio observó que los cambios en la masa muscular, la fuerza y la función se correlacionaron moderadamente con la disminución del NfL, la relación directa y causal requiere más investigación. Sin embargo, la correlación significativa encontrada entre el aumento de masa muscular y las mejoras en la fuerza isométrica refuerza la idea de que el desarrollo muscular contribuye directamente a la mejora de la fuerza.
¿Cómo Podría el Entrenamiento de Fuerza Ayudar a Nivel Neurológico?
La conexión entre el ejercicio, el músculo y la salud neurológica es un área de investigación activa. Se sabe que el ejercicio tiene efectos neuroprotectores, posiblemente al estimular la producción de factores neurotróficos como el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), que apoya la supervivencia y plasticidad neuronal.
Además, el propio tejido muscular produce y libera sustancias (mioquinas) que pueden influir en el cerebro y los nervios. El aumento de la masa muscular, como se observó en el estudio, podría incrementar la producción de neurotrofinas (como BDNF, IGF-1 y VEGF) que apoyan el crecimiento y la supervivencia de las células nerviosas. Por lo tanto, el músculo no solo se beneficia del ejercicio, sino que también podría actuar como un 'órgano' que contribuye a la salud neurológica.
Beneficios Específicos del Entrenamiento de Fuerza de Alta Intensidad
Los resultados del estudio sugieren que el entrenamiento de alta intensidad (70-80% 1-RM) podría ser particularmente beneficioso, superando potencialmente los efectos de intensidades más bajas. Este tipo de entrenamiento no solo apunta a la fuerza y el tamaño muscular, sino que también parece tener un impacto positivo en marcadores de salud neurológica como el NfL.
El formato de circuito utilizado en el estudio también podría haber contribuido a los beneficios, ya que combina trabajo de fuerza con un componente metabólico que puede impactar positivamente en la composición corporal y la capacidad cardiorrespiratoria, aunque esto último no fue el foco principal de esta investigación.

Superando Barreras: La Viabilidad del Entrenamiento
Una preocupación común es si el entrenamiento de alta intensidad es seguro y viable para personas con EM. El estudio demostró que el programa de 6 semanas, supervisado por profesionales cualificados, fue bien tolerado por los participantes. Esto es crucial, ya que las barreras comunes para el ejercicio en personas con EM incluyen la fatiga, el dolor, las limitaciones de movilidad y el miedo.
Es fundamental que cualquier programa de ejercicio para personas con EM sea diseñado y supervisado por profesionales con experiencia en poblaciones especiales, teniendo en cuenta las necesidades individuales y adaptando la intensidad y el volumen según sea necesario. La termosensibilidad, que puede empeorar los síntomas con el calor, también debe ser gestionada (por ejemplo, entrenando en ambientes frescos).
Implicaciones y Direcciones Futuras
Los hallazgos de este estudio piloto son muy alentadores. Confirman que no solo es posible desarrollar músculo y mejorar la fuerza y la capacidad funcional con Esclerosis Múltiple, sino que el entrenamiento de fuerza de alta intensidad podría ofrecer beneficios adicionales al influir en marcadores de neurodegeneración como el NfL. Esto posiciona al entrenamiento de fuerza como una herramienta potente en el manejo integral de la EM.
Sin embargo, el estudio tiene limitaciones importantes, principalmente su pequeño tamaño muestral y la falta de un grupo control ciego. Esto significa que los resultados, aunque prometedores, deben interpretarse con cautela y son preliminares. Se necesitan investigaciones futuras con muestras más grandes, diseños controlados y aleatorizados para confirmar estos hallazgos, explorar la duración de los efectos, comparar diferentes protocolos de ejercicio (fuerza vs. aeróbico) y comprender mejor los mecanismos subyacentes.
Tabla Resumen de Hallazgos Clave del Estudio
Variable Evaluada | Cambio Post-Entrenamiento (vs. Control/Baseline) | Implicación para la EM |
---|---|---|
Grosor Vasto Lateral (Masa Muscular) | Aumento Significativo | Desarrollo muscular posible con RT. Contribuye a fuerza y metabolismo. |
Fuerza Máxima Isométrica (MVIC) | Aumento Significativo | Mejora de la capacidad para generar fuerza. |
Timed Up-and-Go (TUG) | Tiempo Reducido Significativamente | Mejora de la movilidad y el equilibrio funcional. |
60s Sit-to-Stand (60STS) | Repeticiones Aumentadas Significativamente | Mejora de la fuerza y resistencia funcional de miembros inferiores. |
Neurofilamento de Cadena Ligera (NfL) | Disminución Significativa | Posible indicio de reducción de daño axonal o neuroprotección. |
Preguntas Frecuentes sobre Entrenamiento de Fuerza y Esclerosis Múltiple
¿Es seguro el entrenamiento de fuerza para personas con EM?
Sí, múltiples estudios, incluyendo el mencionado, indican que el entrenamiento de fuerza, incluso de alta intensidad, es seguro y bien tolerado cuando se realiza bajo supervisión adecuada y se adapta a las capacidades individuales.
¿Qué tipo de entrenamiento de fuerza es mejor?
El estudio piloto mostró beneficios significativos con entrenamiento de alta intensidad (70-80% de 1-RM) en formato de circuito, 3 veces por semana. Sin embargo, la intensidad y el tipo deben adaptarse a cada persona, especialmente si tienen mayor discapacidad. Empezar con intensidades más bajas y progresar es una opción segura.
¿El entrenamiento de fuerza detiene la progresión de la EM?
No hay evidencia de que el ejercicio detenga la progresión fundamental de la enfermedad. Sin embargo, sí puede mejorar drásticamente los síntomas, la capacidad funcional, la fuerza, la calidad de vida y potencialmente influir en marcadores de daño neurológico, además de prevenir enfermedades asociadas a la inactividad.
¿Cuánto tiempo se necesita para ver resultados?
El estudio mostró mejoras significativas en masa muscular, fuerza, función y NfL después de solo 6 semanas de entrenamiento constante. Los resultados pueden variar según la persona y la intensidad del programa.
¿Puedo hacer entrenamiento de fuerza si tengo mucha fatiga?
La fatiga es una barrera común, pero el ejercicio puede ayudar a gestionarla a largo plazo. Es crucial empezar despacio, escuchar al cuerpo, y trabajar con un profesional que pueda estructurar las sesiones para evitar el sobreentrenamiento y la exacerbación de la fatiga.
Conclusión
La evidencia científica actual, respaldada por estudios como el descrito, demuestra claramente que es posible y altamente beneficioso para las personas con Esclerosis Múltiple participar en programas de entrenamiento de fuerza. No solo pueden desarrollar masa muscular y mejorar significativamente su fuerza y capacidad funcional, lo que les permite afrontar mejor las actividades diarias, sino que también hay indicios prometedores de que este tipo de ejercicio podría tener efectos protectores a nivel neurológico.
Aunque se necesita más investigación para comprender completamente todos los mecanismos y confirmar los efectos a largo plazo, el mensaje es claro: la inactividad es perjudicial, y el ejercicio, especialmente el entrenamiento de fuerza bien diseñado y supervisado, es una herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida, la independencia y la salud general en personas con Esclerosis Múltiple.
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