Francisco Lomuto: El Maestro Detrás de 'La Canción del Deporte'

En la rica historia de la música argentina, nombres como Carlos Gardel, Francisco Canaro o Roberto Firpo resuenan con fuerza, especialmente en el ámbito del tango. Sin embargo, la escena musical de principios del siglo XX fue hogar de muchos otros talentosos directores y compositores cuya influencia fue vasta y diversa. Uno de ellos fue Francisco Lomuto, una figura clave no solo en el tango, sino también en la adaptación de nuevos ritmos y en la defensa de los derechos de los músicos. Su extensa carrera abarcó desde los salones más elegantes hasta los estudios de radio, dejando un legado que, si bien asociado principalmente al tango, incluye composiciones tan particulares como la marcha conocida como 'La Canción del Deporte'.

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Francisco Lomuto nació en el vibrante barrio de Parque Patricios, en la ciudad de Buenos Aires. Era el hijo mayor de diez hermanos, en una familia de inmigrantes napolitanos profundamente ligada a la música. Su padre, Víctor Lomuto, era violinista, y su madre, Rosalía Narducci, pianista y su primera maestra. La vena artística corría fuerte en la familia: su hermano Víctor fue un bandoneonista que viajó a Europa con Manuel Pizarro; Enrique, otro hermano, fue pianista con orquesta propia; y su hijo Daniel también destacaría como bandoneonista, compositor y arreglador. Héctor Lomuto formó un popular conjunto de jazz, y Oscar Lomuto, periodista y político, llegó a escribir letras de tangos, incluida la del famoso 'Nunca más'. Este entorno familiar musical sentó las bases para la prolífica carrera que Francisco desarrollaría.

Los Inicios Musicales de Francisco Lomuto

Francisco Lomuto continuó su formación musical en el conservatorio Santa Cecilia. Desde muy joven, mostró aptitud para la composición. Su primer tango, 'El 606', lleva un nombre curioso, aludiendo a un medicamento de la época. Pudo publicar esta pieza gracias a una colecta de sus compañeros cuando trabajaba como telegrafista, un oficio muy alejado de los escenarios pero que le permitía ganarse la vida mientras perseguía su pasión. Le siguieron otros tangos instrumentales como 'El inquieto', 'La rezongona', 'Riobamba' y 'El chacotón'. Estas primeras obras captaron la atención de otros músicos de renombre: Ferrer-Filipotto grabó varios de ellos, y su amigo Francisco Canaro registró 'La rezongona' y 'Los Dardanelos' en 1915. Incluso Roberto Firpo, otra figura capital del tango, incluyó 'La revoltosa' en su repertorio en 1917.

La década de 1910 fue testigo de su creciente reconocimiento. En 1918, logró que la actriz María Luisa Notar estrenara en teatro su tango 'Muñequita', con letra de Adolfo Herschel. Esta pieza tuvo un éxito notable y fue rápidamente grabada por el mismísimo Carlos Gardel y por la Orquesta Típica Select, un hito significativo para cualquier compositor de la época. Canaro también continuó grabando obras suyas, como 'Sin dejar rastros' ese mismo año.

Paralelamente a su labor de compositor, Lomuto buscaba experiencia como intérprete. Trabajó tocando el piano en casas de música para demostrar las partituras a los clientes, adaptándose a distintos géneros, desde el tango hasta el jazz. Para ganar rodaje frente al público, obtuvo permiso de Francisco Canaro para acompañarlo al piano en presentaciones en el cabaret Royal Pigall. Poco después, comenzó a actuar como solista y en dúo con su hermano Enrique al armonio, llegando incluso a trabajar en Radio Sudamericana. Su capacidad de composición seguía activa, y obras como 'Quinta esencia' y 'Flor de campo' (1920), y 'Sin amor' (1921) fueron incorporadas al repertorio de Roberto Firpo.

La Evolución de sus Conjuntos Musicales

El año 1922 marcó un punto de inflexión en la carrera de Francisco Lomuto. Realizó sus primeras grabaciones, no con una orquesta completa, sino en un dúo de pianos con Héctor Quesada. Grabaron tangos propios y obras de otros compositores reconocidos. Ese mismo año, incursionó en las presentaciones radiales y formó un sexteto para actuar en los cruceros del buque Cap Polonio. Este barco no solo le dio un escenario, sino también el título para uno de sus futuros tangos. El sexteto incluía músicos de la talla de Manuel Pizarro y Pedro Polito en bandoneones, y Agesilao Ferrazzano y Miguel Tanga en violines.

En 1923, Lomuto dio un paso más y formó una orquesta más grande, una "típica" tradicional, incorporando bandoneones, violines, contrabajo y piano (su hermano Enrique). Con el tiempo, la formación tuvo cambios, sumando más músicos y reemplazando a otros. La orquesta empezó a hacerse conocida, realizando presentaciones en teatros importantes como el Empire. En 1924, uno de sus tangos, 'Pa' que te acordés', con letra de Andrés Lorenzo Seitún, obtuvo el segundo premio en el primer concurso de tangos organizado por Max Glücksmann, un reconocimiento importante que consolidó su posición. Gardel volvió a grabar una obra suya, 'Nunca más', con letra de su hermano Oscar. La popularidad de Lomuto creció tanto que, para los bailes de Carnaval de 1925, llegó a dirigir dos orquestas simultáneamente para cubrir la demanda en distintos lugares, como el teatro Ópera, el Pabellón de las Rosas y el exclusivo Club Mar del Plata.

La Era de la Típica y Jazz Band

La década de 1920 trajo consigo la influencia creciente del jazz en Argentina. Esto llevó a algunos músicos de tango a experimentar, incorporando instrumentos del jazz como el clarinete, el saxofón, la trompeta y la batería a sus formaciones de tango. Así nació el concepto de la Orquesta Típica y Jazz Band, que buscaba fusionar los sonidos del tango con los ritmos y la instrumentación del jazz. Francisco Canaro, Elpidio Fernández, Roberto Firpo y Francisco Lomuto fueron pioneros en esta tendencia. Lomuto fue elegido para animar el segundo certamen de Glücksmann, anunciado precisamente como de Típica y Jazz Band, con categorías para tango y shimmy.

En 1926, Gardel grabó otro tango de Lomuto, 'Rosas rojas'. Lomuto mismo realizó grabaciones que reflejaban esta fusión, incluyendo foxtrots de Duke Ellington ('Choo-choo') y otros temas de jazz, junto a tangos. Esta versatilidad y apertura a nuevos sonidos caracterizó a su orquesta durante este período.

La Importancia de Daniel Álvarez y Martín Darré

Un cambio significativo en la orquesta de Lomuto ocurrió en 1926 con la llegada del bandoneonista Daniel Sardina Álvarez. Álvarez tuvo una influencia decisiva en el estilo rítmico de la formación, imprimiéndole un sello particular hasta su partida en 1933. Durante esta etapa, la orquesta realizó grabaciones para el sello Odeón, que en 1927 adoptó el sistema de grabación eléctrico, mejorando la calidad del sonido. La orquesta de este período contó con músicos notables en diversas secciones.

En 1931, Lomuto comenzó a grabar para el sello RCA Victor. Con la incorporación de nuevos músicos, como los bandoneonistas Américo Figazza Fígola y Jorge Argentino Fernández, y la destacada participación del cantor Fernando Díaz, la orquesta alcanzó gran popularidad. Fernando Díaz, en particular, se adaptó perfectamente a la modalidad de la orquesta e interpretó muchos de sus éxitos cantados. La orquesta de Lomuto era muy solicitada por la alta sociedad porteña, actuando en lugares como el Club Progreso, el Club Mar del Plata y la Escuela Naval, además de teatros y clubes en Buenos Aires y otras ciudades como Córdoba.

Cuando Daniel Álvarez se retiró en 1933 para formar su propia orquesta, fue reemplazado por el talentoso Martín Darré como primer bandoneón y arreglador. Darré introdujo arreglos más elaborados y una mayor integración sonora entre las secciones de la orquesta. Con Martín Darré, la orquesta de Lomuto, a veces con hasta 25 músicos, continuó su éxito, animando bailes de Carnaval en teatros importantes como el Broadway y participando en espectáculos teatrales como 'Su majestad el tango'.

La Canción del Deporte: Un Vínculo Inesperado

La versatilidad de Francisco Lomuto como compositor no se limitó al tango. A lo largo de su carrera, abordó otros géneros como valses, rancheras, milongas y, como veremos, marchas. En 1933, Lomuto musicalizó la obra teatral 'Descanso dominical' de Antonio Botta, representada en el teatro Smart de Buenos Aires. Fue en esta obra donde se estrenó una pieza particular: la marcha titulada 'La Canción del Deporte'. Esta marcha, con música de Francisco Lomuto y letra de Antonio Botta, marcó una conexión interesante y quizás inesperada entre el mundo de la música popular y el ámbito deportivo de la época.

Aunque la información específica sobre el contexto exacto de 'La Canción del Deporte' dentro de la obra 'Descanso dominical' no se detalla, su título sugiere fuertemente un tema relacionado con la actividad física, la competencia o la celebración deportiva. El hecho de que fuera una marcha refuerza esta idea, ya que las marchas son tradicionalmente utilizadas en desfiles, eventos públicos y, por supuesto, ceremonias deportivas para infundir ritmo, energía y un sentimiento de unidad o propósito. La colaboración entre Lomuto y Botta en esta pieza demuestra la capacidad de ambos artistas para explorar temas más allá de los románticos o sociales típicos del tango, adaptándose a las necesidades de una producción teatral que evidentemente incluía alguna referencia o escena vinculada al deporte.

La inclusión de una marcha deportiva en el repertorio de un director de orquesta de tango tan prominente como Lomuto subraya la permeabilidad de los géneros musicales en ese momento y la influencia que figuras populares como él tenían en la vida cultural argentina, que abarcaba desde los salones de baile hasta el teatro y, por extensión, otros aspectos de la sociedad como el deporte.

Tabla de Obras Destacadas (Selección)

Francisco Lomuto fue un compositor prolífico. Aquí presentamos una pequeña selección de sus obras mencionadas, destacando géneros y colaboradores:

Actividad Gremial y Legado

Además de su destacada carrera musical, Francisco Lomuto jugó un papel crucial en la organización gremial de los músicos y compositores en Argentina. Ya en 1918, junto a Francisco Canaro, participó en la creación de una entidad para proteger los derechos de autor frente a la piratería de partituras. Este esfuerzo culminó en 1936 con la fundación de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música), una entidad fundamental para la defensa de los derechos de los creadores musicales. Lomuto fue elegido como el primer presidente de SADAIC, demostrando su compromiso no solo con su propia carrera, sino con el bienestar y los derechos de toda la comunidad musical argentina. Su liderazgo en SADAIC consolidó su figura como un referente en el ambiente artístico y gremial.

La última etapa de su carrera lo encontró al frente de la que muchos consideraron su mejor orquesta, formada en 1947. Con músicos de gran talento como Federico Scorticati en bandoneón y Juan Carlos Howard en piano, esta formación realizó una gira por España y continuó realizando grabaciones hasta 1950. Los últimos registros de Lomuto datan de octubre de 1950, con los tangos 'Tarde' y 'Alma en pena'.

Francisco Lomuto era descrito como una persona afable, siempre sonriente, alto y corpulento. Era un músico responsable y un hábil empresario. Reconociendo sus propias limitaciones técnicas al piano, se dedicó por completo a la dirección, rodeándose de excelentes arregladores como Oscar Napolitano y Martín Darré, lo que garantizó la calidad sonora y la evolución estilística de su orquesta. Su fallecimiento súbito en diciembre de 1950 significó una gran pérdida para la música argentina.

Preguntas Frecuentes sobre Francisco Lomuto y 'La Canción del Deporte'

A continuación, respondemos algunas preguntas comunes basadas en la información proporcionada:

¿Quién compuso la música de 'La Canción del Deporte'?
La música de la marcha 'La Canción del Deporte' fue compuesta por Francisco Lomuto.

¿Quién escribió la letra de 'La Canción del Deporte'?
La letra de 'La Canción del Deporte' fue escrita por Antonio Botta.

¿En qué año se estrenó 'La Canción del Deporte'?
'La Canción del Deporte' se estrenó en 1933.

¿En qué contexto se presentó 'La Canción del Deporte'?
Se estrenó en el marco de la obra teatral 'Descanso dominical', escrita por Antonio Botta y musicalizada por Francisco Lomuto.

¿Qué género musical es 'La Canción del Deporte'?
Es una marcha.

¿Fue Francisco Lomuto solo un compositor de tangos?
Si bien es muy reconocido por sus tangos, Francisco Lomuto compuso obras en otros géneros como valses, rancheras, milongas y marchas, adaptándose a las demandas de la época y los diferentes escenarios en los que se presentó, incluyendo el teatro y la radio.

¿Qué importancia tuvo Francisco Lomuto en la música argentina?
Francisco Lomuto fue un destacado director de orquesta y compositor. Fue pionero en la fusión de la típica de tango con elementos del jazz, muy popular en su época, y fundamental en la creación y primera presidencia de SADAIC, la entidad que protege los derechos de autores y compositores en Argentina.

El Legado de un Maestro Polifacético

La figura de Francisco Lomuto trasciende la de un simple director de orquesta de tango. Fue un innovador, un empresario cultural y un defensor de los derechos de sus colegas. Su orquesta fue una de las más populares y versátiles de su tiempo, capaz de interpretar con maestría tanto los tangos más sentimentales como los ritmos más modernos influenciados por el jazz. Su catálogo de obras es extenso y variado, reflejando una apertura a distintos géneros y temáticas. 'La Canción del Deporte', aunque quizás no sea tan conocida como algunos de sus tangos más famosos, es un ejemplo de esta versatilidad y de su participación en distintos ámbitos de la cultura popular argentina, incluyendo aquellos tangencialmente ligados al mundo del deporte a través de las producciones teatrales de la época. Su rol en la fundación de SADAIC asegura su lugar en la historia no solo como artista, sino como una figura clave en la estructuración de la industria musical en Argentina.

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