¿Cuando duele la rodilla es bueno caminar?

Ejercicios y Deporte con Artrosis de Rodilla

03/04/2025

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La artrosis de rodilla es una condición articular que afecta a muchas personas, especialmente con el paso de los años. Se caracteriza principalmente por dolor, rigidez y una notable disminución en la capacidad para moverse, lo que impacta directamente en la calidad de vida.

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Aunque puede sonar contradictorio, el ejercicio físico no solo es posible con artrosis de rodilla, sino que es fundamental y altamente recomendado. Lejos de empeorar la situación, una rutina de actividad física adecuada puede ser una herramienta poderosa para manejar los síntomas, preservar la función articular y ralentizar la progresión de la enfermedad.

¿Qué deporte es mejor para la artrosis de rodilla?
Caminar. Esta demostrado que caminar mejora la calidad del cartílago y disminuye el progreso del deterioro articular. Se recomienda una caminata de una hora diaria para lograr esta mejoría.

El objetivo principal de incorporar el ejercicio en el manejo de la artrosis de rodilla es triple: aliviar y reducir el dolor, mejorar el rango de movimiento de la articulación afectada y, de manera crucial, fortalecer la musculatura que rodea la rodilla. Unos músculos fuertes (cuádriceps, isquiotibiales, gemelos) proporcionan mayor soporte y estabilidad a la articulación, disminuyendo la carga y el desgaste.

Es vital entender que la creencia popular de que 'cuanto menos use la rodilla, más me durará' es errónea. La inactividad, de hecho, contribuye a una degeneración más rápida del cartílago. El movimiento controlado y adecuado nutre el cartílago y mantiene la articulación lubricada.

Antes de iniciar cualquier programa de ejercicios o actividad deportiva, es indispensable consultar con un médico especialista (reumatólogo, traumatólogo) o un fisioterapeuta. Ellos podrán evaluar el grado de tu artrosis y recomendar un plan personalizado que se ajuste a tus necesidades y limitaciones específicas. La supervisión de un profesional del ejercicio también es clave para asegurar la correcta ejecución y evitar lesiones.

Índice de Contenido

Actividades Físicas Recomendadas de Bajo Impacto

El concepto clave al elegir actividades con artrosis de rodilla es el bajo impacto. Se buscan movimientos que no generen una carga excesiva o golpes repetitivos sobre la articulación. Algunas opciones excelentes incluyen:

  • Actividades Acuáticas: La natación, el aquaeróbic o simplemente caminar dentro de la piscina son ideales. El agua reduce significativamente el peso corporal y, por tanto, la carga sobre las rodillas, permitiendo un movimiento más libre y menos doloroso. Son beneficiosas para la fuerza muscular y la circulación.
  • Caminar: Una caminata regular, ya sea al aire libre o en cinta, es muy recomendable. Caminar mejora la calidad del cartílago y puede disminuir el progreso del deterioro articular. Se sugiere una caminata de intensidad suave a moderada, idealmente con calzado adecuado.
  • Ciclismo: Tanto en bicicleta estática como al aire libre en terrenos llanos y a un ritmo suave, el ciclismo es un excelente ejercicio aeróbico de bajo impacto. Ayuda a mejorar el riego sanguíneo en la articulación, llevando oxígeno y nutrientes y ayudando a eliminar factores inflamatorios. Es importante ajustar bien la altura del sillín para evitar una flexión excesiva de la rodilla.
  • Tai Chi: Aunque no es un deporte tradicional, el Tai Chi es una práctica de movimientos suaves y fluidos que ha demostrado ser muy eficaz para reducir el dolor y mejorar la función articular en personas con artrosis.

Estas actividades se pueden complementar con ejercicios más específicos dirigidos a fortalecer los músculos que dan soporte a la rodilla.

Ejercicios Específicos para Fortalecer la Rodilla

Estos ejercicios se enfocan en grupos musculares clave y se pueden realizar en casa o en el gimnasio. Se recomienda empezar con 10-15 repeticiones de cada ejercicio, progresando gradualmente hasta 20, y realizar la rutina 1 o 2 veces al día, según tolerancia.

1. Elevaciones de Pierna Recta

Este ejercicio fortalece el cuádriceps. Túmbate boca arriba en el suelo. Flexiona una pierna con el pie apoyado. La otra pierna debe estar completamente estirada, con los dedos del pie apuntando hacia arriba. Eleva la pierna estirada lentamente, manteniendo la rodilla recta y el músculo del muslo contraído. Sube hasta la altura de la rodilla flexionada o un poco más, mantén 1-2 segundos y baja lentamente. Repite y luego cambia de pierna. Se puede añadir una banda elástica alrededor de los tobillos para mayor resistencia.

2. Flexiones de Rodilla y Cadera (Marcha Sentado)

Sentado en una silla con la espalda recta y los pies en el suelo formando un ángulo de 90 grados con las rodillas. Levanta la punta de un pie y luego eleva la rodilla hacia el pecho, flexionando la cadera. Mantén la elevación por un par de segundos y baja con control. Alterna las piernas. Si es difícil al principio, puedes ayudarte suavemente con las manos debajo del muslo para elevar la pierna.

3. Contracciones Isométricas de Cuádriceps (o Muslos)

Este ejercicio se puede hacer sentado o tumbado. Siéntate con las piernas estiradas o túmbate boca arriba. Coloca una toalla enrollada o una almohada pequeña debajo de la rodilla. Presiona la rodilla hacia abajo contra la toalla/almohada, contrayendo el músculo del cuádriceps (la parte frontal del muslo). Mantén la contracción durante 5-10 segundos y luego relaja. Realiza varias repeticiones. Este ejercicio es excelente para empezar si tienes dolor agudo, ya que no implica movimiento de la articulación.

4. Estiramientos de Pantorrilla

Ponte de pie frente a una pared o silla para apoyarte. Da un paso atrás con una pierna, manteniendo el talón apoyado en el suelo y la pierna estirada. La pierna delantera debe estar ligeramente flexionada, sin que la rodilla sobrepase la punta del pie. Sentirás el estiramiento en la pantorrilla de la pierna trasera. Mantén la posición durante 20-30 segundos. Cambia de pierna. Mantener la flexibilidad de la pantorrilla ayuda a mejorar la biomecánica al caminar.

5. Elevaciones de Talones (Puntillas)

De pie, con o sin apoyo (como una silla) para mantener el equilibrio. Eleva lentamente los talones del suelo, poniéndote de puntillas. Mantén la posición en la parte más alta por 1-2 segundos y baja lentamente con control. Este ejercicio fortalece los músculos de la pantorrilla y el tobillo, mejorando la estabilidad.

6. Flexiones de Rodilla a la Pata Coja (Equilibrio Unipodal)

De pie, con apoyo si es necesario. Levanta una pierna del suelo, doblando la rodilla. Trata de mantener el equilibrio sobre la pierna de apoyo. Puedes realizar una ligera flexión de la rodilla de apoyo si te sientes cómodo, o simplemente concentrarte en mantener el equilibrio. Mantén la posición durante 10-30 segundos. Cambia de pierna. Este ejercicio mejora el equilibrio y fortalece los músculos estabilizadores de la rodilla y el tobillo.

7. Elevaciones Laterales de Pierna

De pie, con o sin apoyo. Traslada el peso de tu cuerpo a una pierna. Eleva la otra pierna hacia un lado, manteniéndola lo más recta posible y los dedos del pie apuntando hacia adelante. No eleves la pierna más allá de la altura de la cadera. Mantén la posición por 1-2 segundos y baja lentamente. Repite y cambia de pierna. Este ejercicio fortalece los músculos abductores de la cadera, que son importantes para la estabilidad de la pelvis y la rodilla.

¿Qué deporte es bueno para fortalecer la rodilla?
Deportes como la bicicleta (siempre y cuando la altura del sillín sea alta, para evitar la tensión en las articulaciones) o la natación, son muy beneficiosos para las personas que han tenido en el pasado lesiones de rodilla, ya que ayudan a fortalecer la musculatura y evitar futuros problemas.

8. Sentadillas Asistidas (Silla)

Ponte de pie frente a una silla con los pies separados al ancho de los hombros. Siéntate lentamente en la silla, controlando el movimiento, como si fueras a sentarte normalmente. Una vez sentado, levántate de nuevo lentamente. La clave es el control durante la bajada. Puedes empezar usando una silla con reposabrazos para ayudarte con las manos. A medida que ganes fuerza, puedes hacer el ejercicio sin ayuda de los brazos o cruzándolos sobre el pecho para aumentar la dificultad.

Otros Factores Importantes en el Manejo de la Artrosis

Además del ejercicio, otros aspectos contribuyen significativamente a aliviar los síntomas y mejorar la función de la rodilla con artrosis:

  • Pérdida de Peso: Reducir el exceso de peso disminuye drásticamente la carga sobre las articulaciones de la rodilla, aliviando el dolor y ralentizando la progresión de la artrosis.
  • Suplementos y Tratamientos: Aunque con diferente grado de evidencia científica y a menudo generando controversia, algunos pacientes encuentran alivio con condroprotectores, infiltraciones de ácido hialurónico o, en etapas experimentales, tratamientos con PRP o células madre. Siempre deben ser indicados y realizados por un médico especialista.
  • Circuitos Termales o Spa: El uso de piscinas termales o baños calientes puede ayudar a relajar la musculatura, aliviar el dolor y mejorar la movilidad antes o después del ejercicio.

La combinación de ejercicio regular, mantenimiento de un peso saludable y seguimiento médico es la estrategia más efectiva para vivir mejor con artrosis de rodilla.

Consideraciones sobre Deportes y Artrosis

Como mencionó el Dr. Federico Figueredo Ojeda, la posibilidad de practicar un deporte específico depende del grado de severidad de la artrosis. Sin embargo, la mayoría de las personas pueden y deben mantenerse activas.

Para artrosis leves a moderadas, además de las actividades de bajo impacto ya mencionadas, la musculación (ejercicio con pesos y máquinas adaptado) es muy beneficiosa porque aumenta la fuerza de los músculos periarticulares, proporcionando mayor estabilidad a la rodilla.

Correr puede ser posible en casos de artrosis muy leve y a baja intensidad, ya que correr a alta intensidad o largas distancias puede aumentar el deterioro. Siempre con precaución y bajo supervisión.

El Tai Chi y los ejercicios acuáticos son especialmente recomendados por sus beneficios para el dolor y la función en cualquier grado de artrosis, ya que combinan movimiento suave, fortalecimiento y mejora de la circulación.

Preguntas Frecuentes

¿Puedo correr si tengo artrosis de rodilla?

Si tu artrosis es leve y corres a baja intensidad, podría ser posible e incluso beneficioso. Sin embargo, si la artrosis es moderada o severa, correr a alta intensidad puede empeorar el deterioro. Consulta siempre a tu médico o fisioterapeuta para una recomendación personalizada.

¿Cuál es el mejor deporte para la artrosis de rodilla?

No hay un 'mejor' deporte único para todos. Las actividades de bajo impacto como la natación, el aquaeróbic, el ciclismo suave, caminar y el Tai Chi son generalmente muy recomendables. La elección ideal depende de tu grado de artrosis, tus preferencias y la consulta con profesionales.

¿Cuántas veces a la semana debo hacer ejercicio?

La actividad física diaria, como caminar, es beneficiosa. Para los ejercicios de fortalecimiento específicos, se recomienda realizarlos 1 o 2 veces al día. Lo importante es la constancia. Empieza despacio y aumenta gradualmente según te sientas.

¿El ejercicio puede curar la artrosis de rodilla?

La artrosis es un proceso degenerativo y progresivo que actualmente no tiene cura definitiva. Sin embargo, el ejercicio es el tratamiento no farmacológico más efectivo para controlar el dolor, mejorar la función y ralentizar la progresión de la enfermedad, mejorando enormemente tu calidad de vida.

¿Debo hacer ejercicio si tengo dolor?

El ejercicio puede ayudar a reducir el dolor a largo plazo. Es normal sentir alguna molestia al principio. Sin embargo, si el ejercicio aumenta significativamente el dolor o causa un dolor agudo, debes detenerte y consultar a un profesional. Puede ser necesario modificar el ejercicio, reducir la intensidad o probar otra actividad. El dolor persistente y agudo es una señal para buscar asesoramiento médico.

En conclusión, la actividad física es un pilar fundamental en el manejo de la artrosis de rodilla. Adoptar una rutina de ejercicios y actividades de bajo impacto, adaptada a tu condición y supervisada por profesionales, te permitirá fortalecer tu rodilla, reducir el dolor y disfrutar de una vida más activa y plena a pesar de la artrosis.

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