¿Qué entrenador acaba de fallecer?

Lidiar con entrenadores que gritan

19/01/2025

Valoración: 4.73 (9548 votos)

Los entrenadores juegan un papel fundamental en la vida de los jóvenes atletas. Su influencia va mucho más allá de enseñar técnicas o estrategias de juego; impactan directamente en la confianza, la autoestima y el bienestar emocional de los niños y adolescentes. Si bien muchos entrenadores son figuras positivas que inspiran y motivan, existe una preocupación creciente sobre aquellos que recurren a comportamientos negativos, como gritar, insultar o intimidar a sus pupilos. Este tipo de comportamiento no solo es ineficaz, sino que puede tener consecuencias profundas y duraderas para los deportistas.

Es comprensible que los padres se inquieten al presenciar o escuchar sobre un entrenador que enseña de manera negativa. Las quejas a menudo giran en torno a la falta de comentarios positivos, las críticas constantes e incluso los insultos personales dirigidos a los jóvenes en público. Un padre compartió su preocupación sobre un entrenador que llamaba a su hijo “cabeza hueca” y lo regañaba frente a todos, generando en el niño un fuerte deseo de abandonar el deporte. Este tipo de interacción subraya la importancia crítica de abordar el problema.

¿Cómo tratar con los entrenadores que gritan?
Podrías decir: "Me preocupa que tus gritos a mi hijo dañen su confianza". No digas: "Eres un entrenador terrible porque gritas". Si el entrenador no cambia su comportamiento, asegúrate de denunciarlo a la liga supervisora .

El Impacto Negativo del Comportamiento del Entrenador

Las palabras y acciones de un entrenador pueden construir o destruir la confianza de un atleta joven. Cuando un entrenador grita, humilla o se burla, no solo afecta el rendimiento deportivo inmediato, sino que también puede dañar la salud mental y emocional del niño. El acoso verbal y emocional en el deporte puede tener efectos severos y duraderos en el desarrollo social y emocional del atleta. Los niños que son víctimas de este tipo de comportamiento a menudo experimentan una disminución en su autoestima, dificultades para desarrollar habilidades sociales y problemas para confiar en los demás. En algunos casos, puede desencadenar ansiedad y depresión.

Además, los atletas acosados por sus entrenadores pueden empezar a sentir que solo son valorados en el deporte cuando obtienen buenos resultados. Esto los lleva a centrarse excesivamente en “ganar” y en el “marcador” para complacer al entrenador, perdiéndose muchos de los beneficios sociales y emocionales inherentes a la participación deportiva, como el compañerismo, la diversión y el desarrollo personal más allá del rendimiento.

¿Por Qué Algunos Entrenadores Gritan?

El gritar es, lamentablemente, una de las quejas más comunes de los padres. Algunos entrenadores pueden considerar que gritar es una técnica de motivación efectiva. Esto puede deberse a que ellos mismos fueron entrenados de esa manera cuando eran jóvenes, perpetuando un ciclo. Sin embargo, la evidencia sugiere lo contrario. Un estudio realizado por McCarthy y Prosser encontró que los entrenadores que gritan no ayudan a los atletas novatos a mejorar sus habilidades. En lugar de motivar, el gritar a menudo intimida, confunde y desmoraliza a los jugadores, especialmente a los más jóvenes o sensibles.

¿Es Normal o Aceptable que un Entrenador Grite?

Existe un debate considerable sobre si el gritar es una parte aceptable de la cultura deportiva. Históricamente, el gritar y regañar a los jugadores era una práctica común y aceptada. Sin embargo, los tiempos han cambiado y la comprensión sobre la psicología deportiva y el impacto del comportamiento del entrenador ha evolucionado.

¿Dónde lleva el acento entrenador?
Españolentrenadorpronunciación (AFI)[en̪.tɾe.naˈðoɾ]silabaciónen-tre-na-doracentuaciónagudalongitud silábicatetrasílaba

Es fundamental distinguir entre una instrucción dada con voz firme o elevada en medio del fragor del juego, y el gritar con la intención de humillar, insultar o degradar. Mientras que elevar la voz para dar una instrucción rápida como “¡Repliega en defensa!” o “¡Muévete más rápido!” puede ser necesario en ciertas situaciones de partido, no es lo mismo que decir “¿Qué te pasa? ¿Eres vago? ¿O simplemente tonto?”. Hay una diferencia abismal, y los entrenadores deben ser conscientes de ella.

En los niveles más jóvenes (edad escolar primaria), la mayoría de los expertos y padres coinciden en que no hay justificación para que un entrenador grite. Los niños pequeños están aprendiendo los fundamentos del deporte y cometerán muchos errores. Gritar solo servirá para asustarlos y alejarlos de la actividad, en lugar de animarlos.

En niveles superiores (secundaria, clubes, universidad), algunos argumentan que los jugadores deben desarrollar una “piel más dura”. Sin embargo, incluso en estos niveles, el gritar de forma personal y humillante tiende a desmotivar en lugar de mejorar el rendimiento. El enfoque de entrenadores legendarios como John Wooden, quien rara vez elevaba la voz y manejaba los asuntos disciplinarios en privado, demuestra que se puede alcanzar un gran éxito sin recurrir a la intimidación verbal.

Qué Hacer si el Entrenador de su Hijo Grita o Acosa

Si sospecha que el entrenador de su hijo está teniendo un comportamiento negativo o acosador, es crucial tomar acción. Muchos padres dudan en intervenir por miedo a represalias o a empeorar la situación, pero la inacción permite que el comportamiento continúe y el daño al niño se agrave.

1. Hable Directamente con el Entrenador

El primer paso es intentar comunicarse directamente con el entrenador. Es vital abordar esta conversación de manera constructiva, evitando el tono de culpa para no poner al entrenador a la defensiva. En lugar de decir “Usted es un entrenador terrible porque le grita a mi hijo”, intente algo como “Me preocupa que sus gritos a mi hijo estén afectando su confianza” o “He notado que mi hijo reacciona negativamente a la forma en que le habla y me gustaría entender mejor su enfoque y cómo podemos ayudar a mi hijo a responder de manera más positiva”. Sea específico sobre los comportamientos que le preocupan.

¿Es normal que los entrenadores griten?
Sí, en el fragor de un partido, los entrenadores alzarán la voz para guiar a su equipo hacia el éxito. Pero gritar y vociferar con la intención de avergonzar o humillar a sus jugadores no funciona, por muy insensible que sea el jugador.

2. Reporte la Situación a la Liga o Entidad Supervisora

Si hablar con el entrenador no resuelve el problema o si el comportamiento es particularmente grave, el siguiente paso es reportar la situación a la liga, club o entidad que supervisa al entrenador. Para que su reporte sea lo más útil posible, sea específico acerca de las fechas, horas y tipos de comportamiento que presenció o de los que tiene conocimiento directo.

3. Considere Cambiar de Equipo o Entrenador

En algunos casos, a pesar de sus esfuerzos, puede que no sea posible cambiar el comportamiento del entrenador o la situación. Si el entorno sigue siendo perjudicial para su hijo, debe considerar seriamente la posibilidad de cambiarlo a un equipo diferente con un entrenador distinto. Permanecer bajo la tutela de un entrenador que causa estrés y disminuye la confianza probablemente conducirá a un aumento de la ansiedad y una disminución del rendimiento deportivo, como mínimo.

Priorizando el Bienestar del Atleta Joven

Mientras toma estas decisiones difíciles, es fundamental priorizar la salud física y psicológica de su hijo. Escuche atentamente lo que le dicen (o lo que sus acciones comunican) sobre cómo se sienten al jugar para ese entrenador. Si expresan enojo, vergüenza, culpa, ansiedad o tristeza, tome sus sentimientos muy en serio. El objetivo principal del deporte juvenil debe ser el desarrollo integral del niño, no solo el rendimiento o la victoria a cualquier costo.

Comportamiento del EntrenadorPosible Impacto en el Atleta JovenRecomendación para Padres/Supervisores
Gritos constantes y despectivosDisminución de confianza y autoestima, ansiedad, miedo a cometer errores, desmotivación.Hablar con el entrenador, reportar, considerar cambio de equipo.
Insultos personales o apodos degradantesDaño emocional profundo, vergüenza, aislamiento social, deseo de abandonar el deporte.Tolerancia cero, reporte inmediato a la supervisión.
Críticas constructivas y específicas (sin gritos)Oportunidad de aprendizaje y mejora, desarrollo de resiliencia.Comportamiento aceptable y deseado.
Instrucciones elevadas en momentos clave del juego (no personales)Comunicación necesaria en entornos ruidosos, guía táctica.Generalmente aceptable si no es constante ni personal.
Elogios y refuerzo positivoAumento de confianza, motivación, fomento de un amor duradero por el deporte.Comportamiento deseado, esencial para el desarrollo positivo.

Preguntas Frecuentes

¿Es normal que los entrenadores griten en el deporte?
Históricamente era más común, pero las normas están cambiando. Aunque elevar la voz para dar instrucciones rápidas en el juego puede ocurrir, los gritos constantes, personales y humillantes no son aceptables ni efectivos, especialmente en categorías juveniles.

¿Gritar motiva a los jugadores?
Generalmente no. Especialmente en atletas jóvenes o novatos, gritar tiende a intimidar, aumentar la ansiedad y disminuir la confianza, lo que a menudo resulta en un peor rendimiento y desmotivación.

¿Cómo tratar con los entrenadores que gritan?
Podrías decir: "Me preocupa que tus gritos a mi hijo dañen su confianza". No digas: "Eres un entrenador terrible porque gritas". Si el entrenador no cambia su comportamiento, asegúrate de denunciarlo a la liga supervisora .

¿Cómo afecta el gritar a los niños pequeños versus los atletas mayores?
Los niños pequeños son particularmente sensibles y es más probable que se asusten, se desanimen y quieran dejar el deporte si les gritan. Los atletas mayores pueden tener una "piel más dura", pero los gritos humillantes siguen siendo perjudiciales y demotivadores.

¿Qué debo hacer si el entrenador de mi hijo le grita o lo insulta?
Primero, intente hablar directamente con el entrenador de manera calmada y constructiva. Si el comportamiento persiste o es grave, repórtelo a la entidad que supervisa al entrenador. Si la situación no mejora, considere cambiar a su hijo de equipo.

¿Cuándo es el momento de cambiar a mi hijo de equipo debido a un entrenador?
Si ha intentado comunicarse con el entrenador y/o reportar la situación a la supervisión, y el comportamiento negativo persiste, afectando la confianza, el bienestar o el deseo de su hijo de jugar, puede ser el momento de buscar un entorno deportivo más saludable.

En conclusión, la influencia de un entrenador es inmensa. Si bien la pasión y la intensidad son parte del deporte, el comportamiento que cruza la línea hacia el acoso verbal o la humillación es inaceptable. Los padres tienen la responsabilidad de estar atentos a las señales de que un entrenador está dañando la confianza de sus hijos y tomar acción para proteger su bienestar físico y emocional. Asegurarse de que el entorno deportivo sea positivo y de apoyo es clave para que los jóvenes disfruten del deporte y desarrollen su potencial de manera saludable.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a Lidiar con entrenadores que gritan puedes visitar la categoría Deportes.

Subir