18/04/2025
A medida que sumamos años a nuestra vida, mantenernos activos se convierte en un pilar fundamental para preservar nuestra salud, independencia y calidad de vida. Si bien la actividad aeróbica es ampliamente reconocida por sus beneficios cardiovasculares, el entrenamiento de fuerza, a menudo subestimado, juega un papel crucial en la tercera edad. Fortalecer nuestros músculos no solo nos permite realizar tareas cotidianas con mayor facilidad, sino que también combate el deterioro natural asociado al envejecimiento.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS), en sus recomendaciones globales sobre actividad física para la salud, establece pautas claras para diferentes grupos de edad, incluyendo a los adultos mayores de 65 años. Estas directrices buscan orientar sobre la dosis óptima de ejercicio para prevenir enfermedades no transmisibles (ENT) y mejorar el bienestar general. Una de las preguntas más frecuentes, y vital para planificar una rutina efectiva, es precisamente cuántas veces por semana deben los adultos mayores dedicar tiempo a los ejercicios de fuerza.

- ¿Por Qué es Tan Importante el Entrenamiento de Fuerza en la Tercera Edad?
- Las Recomendaciones de los Expertos: ¿Cuántas Veces por Semana?
- La Importancia Fundamental de la Supervisión Profesional
- Integrando el Entrenamiento de Fuerza en un Estilo de Vida Activo
- Tabla Resumen: Recomendaciones de Actividad Física para Adultos Mayores (65+ años)
- Preguntas Frecuentes sobre Entrenamiento de Fuerza y Adultos Mayores
- Conclusión
¿Por Qué es Tan Importante el Entrenamiento de Fuerza en la Tercera Edad?
El envejecimiento trae consigo cambios fisiológicos inevitables, como la pérdida gradual de masa muscular (sarcopenia) y densidad ósea (osteoporosis). Estos factores pueden disminuir la capacidad funcional, aumentar el riesgo de caídas y fracturas, y mermar la independencia. Aquí es donde el entrenamiento de fuerza demuestra su gran valor.
Según diversos estudios y recomendaciones, entrenar la fuerza y la potencia muscular es una actividad enormemente positiva para los adultos mayores. Sus beneficios son múltiples y abarcan desde lo físico hasta lo mental:
- Aumento de la Masa Muscular: Contrarresta la sarcopenia, mejorando la fuerza y la capacidad para realizar actividades diarias como levantar objetos, subir escaleras o levantarse de una silla.
- Mejora de la Densidad Ósea: Especialmente relevante para las mujeres postmenopáusicas con mayor riesgo de osteoporosis, el entrenamiento de fuerza ejerce una tensión positiva sobre los huesos que ayuda a mantener o incluso aumentar su densidad, reduciendo el riesgo de fracturas.
- Cuidado de la Salud Cardiovascular: Contribuye a reducir la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardíacas, complementando los beneficios del ejercicio aeróbico.
- Fortalecimiento de la Salud Mental: La actividad física en general, incluido el entrenamiento de fuerza, ha demostrado ser eficaz para disminuir el estrés, la ansiedad y los síntomas de depresión, además de mejorar la autoestima y la función cognitiva.
- Desarrollo de la Flexibilidad y el Equilibrio: Aunque su enfoque principal es la fuerza, un programa bien diseñado puede mejorar la amplitud de movimiento y, en combinación con ejercicios específicos, potenciar el equilibrio, un factor clave para prevenir caídas.
- Incremento de la Independencia Funcional: Al fortalecer el cuerpo, los adultos mayores pueden mantener su capacidad para valerse por sí mismos por más tiempo, preservando su autonomía física y emocional.
En esencia, el entrenamiento de fuerza es una de las "mejores recetas" para fomentar la longevidad activa y la capacidad de seguir haciendo las cosas por cuenta propia en la medida de lo posible.
Las Recomendaciones de los Expertos: ¿Cuántas Veces por Semana?
La pregunta central es la frecuencia. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como otras entidades de referencia en geriatría y gerontología coinciden en la pauta fundamental:
La OMS, en sus recomendaciones para adultos mayores de 65 años, señala claramente que "Convendría realizar actividades que fortalezcan los principales grupos de músculos dos o más días por semana".
Esta recomendación es respaldada por otras fuentes, como la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), que indica que el entrenamiento de fuerza debe hacerse, al menos, dos veces por semana. La clave está en proporcionar un estímulo suficiente y regular a los músculos para que se adapten y fortalezcan.
Realizar sesiones de fuerza dos días no consecutivos a la semana (por ejemplo, lunes y jueves) permite que los músculos tengan tiempo suficiente para recuperarse y reconstruirse entre sesiones, un proceso esencial para el crecimiento y la mejora de la fuerza. Si se realiza más de dos días, es importante asegurarse de que haya suficiente variedad de ejercicios o reparto muscular para permitir la recuperación adecuada de cada grupo muscular.
Más Allá de la Frecuencia: Intensidad y Volumen
Si bien la frecuencia de dos o más días por semana es crucial, la efectividad del entrenamiento de fuerza también depende de otros factores:
- Intensidad: La SEGG sugiere una intensidad moderada a alta. Para un adulto mayor, esto significa que los ejercicios deben representar un desafío, pero sin llegar al agotamiento extremo o al dolor. La intensidad se puede ajustar mediante el peso utilizado, el número de repeticiones o el tipo de ejercicio.
- Volumen: Se refiere a la cantidad total de trabajo realizado (series x repeticiones x peso). Debe ser suficiente para generar adaptaciones musculares, pero sin sobrepasar la capacidad de recuperación de la persona.
- Tipo de Ejercicios: Deben incluir los principales grupos musculares (piernas, caderas, espalda, abdomen, pecho, hombros, brazos). Ejemplos pueden ser sentadillas (con apoyo si es necesario), elevación de talones, remo con banda, press de pecho con mancuernas ligeras, entre otros.
- Progresión: Con el tiempo, a medida que la persona se fortalece, es necesario aumentar gradualmente la intensidad, el volumen o la dificultad de los ejercicios para seguir obteniendo beneficios.
La Importancia Fundamental de la Supervisión Profesional
Tanto la OMS como otras fuentes enfatizan la necesidad de que el entrenamiento de fuerza para adultos mayores sea personalizado y adaptado a las necesidades y capacidades individuales de cada persona. Esto es especialmente crítico si existen condiciones de salud preexistentes.
Por ello, es altamente recomendable consultar con un profesional capacitado en actividad física para adultos mayores (como un fisioterapeuta o un entrenador personal especializado en gerontología) antes de comenzar cualquier programa de entrenamiento de fuerza. Un profesional puede diseñar una rutina segura y efectiva, enseñar la técnica correcta para evitar lesiones y realizar los ajustes necesarios a medida que la persona progresa.
La supervisión profesional garantiza que los ejercicios se realicen de forma segura, con la técnica adecuada y la intensidad correcta para obtener los máximos beneficios sin poner en riesgo la salud.
Integrando el Entrenamiento de Fuerza en un Estilo de Vida Activo
Es importante recordar que el entrenamiento de fuerza es una parte de un estilo de vida activo y saludable. Las recomendaciones de la OMS para adultos mayores también incluyen:
Los adultos mayores de 65 años deben dedicar 150 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas, o bien 75 minutos de actividad física vigorosa aeróbica, o una combinación equivalente. Además, aquellos con movilidad reducida deben realizar actividades para mejorar su equilibrio e impedir caídas, tres días o más a la semana.

El entrenamiento de fuerza complementa perfectamente estas otras actividades. Tener músculos fuertes y huesos densos facilita la realización de ejercicio aeróbico (caminar, nadar, bailar) y mejora la estabilidad necesaria para los ejercicios de equilibrio.
Tabla Resumen: Recomendaciones de Actividad Física para Adultos Mayores (65+ años)
Tipo de Actividad | Frecuencia Mínima Recomendada | Beneficios Principales |
---|---|---|
Actividad Aeróbica Moderada | 150 minutos por semana (en sesiones de al menos 10 min) | Mejora cardiovascular, resistencia, control de peso, salud mental. |
Actividad Aeróbica Vigorosa | 75 minutos por semana (o combinación equivalente) | Mayores mejoras cardiovasculares y de resistencia. |
Fortalecimiento Muscular (grandes grupos) | Dos o más días por semana | Aumento de masa muscular, fuerza, densidad ósea, metabolismo. |
Equilibrio (para movilidad reducida) | Tres o más días por semana | Prevención de caídas, mejora de la estabilidad, confianza. |
Nota: Estas son recomendaciones mínimas. Mayores beneficios se obtienen con más actividad, hasta 300 min/semana moderada o 150 min/semana vigorosa aeróbica.
Preguntas Frecuentes sobre Entrenamiento de Fuerza y Adultos Mayores
P: ¿Qué tipo de ejercicios de fuerza son seguros para empezar?
R: Se puede empezar con ejercicios utilizando el propio peso corporal (como sentadillas con apoyo, flexiones de pared), bandas de resistencia o pesas muy ligeras. La clave es la técnica correcta y la progresión gradual. Un profesional puede guiarte en los ejercicios adecuados para tu nivel.
P: ¿Es demasiado tarde para empezar a entrenar fuerza a una edad avanzada?
R: ¡Absolutamente no! Los estudios demuestran que los adultos mayores, incluso aquellos en edades muy avanzadas, pueden obtener beneficios significativos del entrenamiento de fuerza, incluyendo el aumento de masa muscular y fuerza.
P: ¿Sentiré dolor después de entrenar fuerza?
R: Es normal sentir una ligera molestia o agujetas (dolor muscular de aparición tardía) 24-48 horas después de una sesión, especialmente al principio. Esto indica que los músculos se están adaptando. Sin embargo, el dolor agudo o persistente no es normal y debe ser evaluado por un profesional.
P: ¿Necesito ir a un gimnasio para entrenar fuerza?
R: No necesariamente. Muchos ejercicios de fuerza se pueden realizar en casa con poco o ningún equipo (peso corporal, bandas elásticas). Sin embargo, empezar en un entorno supervisado (gimnasio con entrenador, centro de fisioterapia) puede ser muy beneficioso para aprender la técnica.
P: ¿Qué pasa si tengo una condición médica como artritis u osteoporosis?
R: En muchos casos, el entrenamiento de fuerza bien adaptado es muy beneficioso para condiciones como la artritis (mejora la función articular) y la osteoporosis (fortalece los huesos). Sin embargo, es fundamental contar con la aprobación de tu médico y la guía de un profesional del ejercicio con experiencia en estas condiciones para diseñar un programa seguro y efectivo.
Conclusión
El entrenamiento de fuerza es un componente indispensable para mantener una vida activa y saludable en la tercera edad. Las recomendaciones de expertos como la OMS son claras: realizar actividades de fortalecimiento muscular dos o más días por semana es la frecuencia mínima necesaria para obtener beneficios significativos.
Esta práctica regular, combinada con ejercicio aeróbico y, si es necesario, ejercicios de equilibrio, ayuda a preservar la masa muscular, fortalecer los huesos, mejorar la capacidad funcional y la independencia. Es una inversión directa en tu bienestar y autonomía a largo plazo.
Recuerda que la clave del éxito y la seguridad en el entrenamiento de fuerza para adultos mayores radica en la personalización y, siempre que sea posible, en la supervisión profesional. No es solo cuántas veces entrenas, sino cómo lo haces. Con la guía adecuada, el entrenamiento de fuerza puede ser una herramienta poderosa para vivir tus años dorados con vitalidad y fuerza.
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