10/02/2025
En la última década, la oferta de escuelas de fútbol base por parte de clubes modestos o de barrio ha experimentado un crecimiento significativo. Estas escuelas han tomado el lugar de la calle y el juego libre como principal vía de aprendizaje e interacción con el deporte. Cada vez es más común que se ofrezca la iniciación al fútbol desde edades muy tempranas, a menudo alrededor de los 5 o 6 años, con el objetivo de que niños y niñas desarrollen distintas capacidades propias de este deporte.

Si bien esta tendencia ha sido positiva para promocionar el deporte y para que los padres inculquen una vida deportiva y saludable en sus hijos, el inicio tan específico en una única disciplina puede tener consecuencias en el desarrollo motor y deportivo del niño. Muchas de estas escuelas, a pesar de llamarse 'base', pecan precisamente de ser demasiado específicas, enseñando únicamente fútbol y, con frecuencia, primando el factor competitivo por encima de la formación integral.

La categoría del club, sus instalaciones y presupuesto, marcan diferencias evidentes. No es lo mismo una escuela de un gran club que una de barrio. Sin embargo, la base, entendida como la filosofía educativa del club, no debería variar tanto, y aquí radica el problema actual: la base no está bien asentada. La filosofía educativa depende menos de la capacidad económica y más del objetivo que cada entidad se marca y de la labor de los entrenadores.
El Problema de la Especialización Temprana y la Competición
En el fútbol base actual, se tiende a priorizar la competición. Se seleccionan los mejores jugadores para intentar ganar ligas, y el proceso educativo a menudo queda relegado. Es fundamental entender que la competición es un factor importante en el desarrollo del jugador, pero debe ser introducida a la edad correcta y, en las etapas de iniciación, deben primar otros aspectos.
Los modelos de iniciación deportiva, como fútbol sala, fútbol 7 o fútbol 11, suelen estar estructurados bajo un enfoque competitivo. Se establecen objetivos que los jugadores deben alcanzar, primando el resultado por encima del proceso. En este sistema, es el jugador quien debe adaptarse al sistema, y no al revés. Aquellos que no cumplen las condiciones o los objetivos marcados son, a menudo, considerados sin talento y son desechados.
Otro error común en el fútbol base es la asignación de entrenadores. Existe una tendencia a colocar a los entrenadores menos preparados con las categorías de menor edad y a los más experimentados con las categorías superiores. Aplicando la lógica correcta, veríamos que los entrenadores con mejor preparación deberían trabajar con los más pequeños, ya que son ellos quienes necesitan una base motriz, coordinativa y socio-afectiva más sólida. Las edades tempranas son las de mayor capacidad de aprendizaje, y colocar a entrenadores poco capacitados en esta etapa es un craso error que afecta a los niños.
Hacia un Modelo Correcto: El Jugador en el Centro
Para poder hablar de un modelo diferente en fútbol base, es necesario cambiar el paradigma. Paco Seirul-lo plantea una perspectiva que ha sido fundamental en la base del FC Barcelona durante los últimos 20 años. Su enfoque se basa en el individuo, no en el sistema. Entiende que es el sistema el que debe adaptarse al jugador, no al revés.
La propuesta de Seirul-lo busca construir una situación ideal adaptada al tipo de jugador o grupo de jugadores que tenemos en el equipo. Al igual que en la periodización táctica, el trabajo debe basarse en las características, el entorno y la historia del club. Se trata de crear un proceso de aprendizaje donde cada categoría sea la base sobre la que se asientan las siguientes etapas, evitando que sean etapas inconexas donde cada entrenador trabaje de forma aislada sin considerar las necesidades evolutivas de cada niño o niña.
Desde esta perspectiva, es imprescindible que todo jugador sea orientado a través de un proyecto deportivo que se adecue a sus necesidades evolutivas, sin precipitarse por acontecimientos externos como la competición.
Diseñando el Proyecto: Las Fases Evolutivas
Para el diseño de un proyecto educativo en fútbol base, podemos tomar como referencia las etapas planteadas por Paco Seirul-lo, adaptadas a una escuela deportiva modesta con recursos limitados y exigencias competitivas no tan altas. Seirul-lo distingue diferentes fases en el proceso de educación del jugador. Analizaremos las primeras, que son clave en el fútbol base.
Fase I – Inicio a la Práctica (5 a 7 años): El niño quiere ser deportista
Esta fase comprende las edades entre los 5 y los 7 años. Es el primer contacto del niño o niña con diferentes deportes. La finalidad principal es integrar las habilidades motrices básicas del sujeto.
Las tareas en esta etapa deben ser abiertas, cíclicas y estar basadas en elementos cognitivos, coordinativos y socio-afectivos. El objetivo es que el sujeto aprenda diferentes acciones motrices propias de la edad.
El trabajo en fútbol base durante esta fase debe ser global, no específico del deporte. Se trabaja a partir del deporte, pero se desarrollan capacidades básicas del individuo como correr, agarrar o saltar. También se fomenta la interacción con diferentes tipos de móviles (balones de rugby, tenis, fútbol, vóley, etc.), promoviendo una motricidad variada y rica.
Fase II – Fase de Formación Genérica Polivalente (Edad aproximada: 8 a 10 años)
En esta fase, se continúa trabajando los elementos introducidos en la etapa anterior. Además, se empiezan a introducir habilidades motoras específicas de los deportes y habilidades deportivas concretas, pero de forma mezclada y sin llegar a la especialización.
El trabajo en habilidades motoras deportivas debe basarse en un enfoque indiferenciado y diferenciado. Esto implica un trabajo general de la motricidad, complementado con un trabajo diferenciado para mejorar aspectos concretos del sujeto, corregir errores y potenciar aciertos individuales.
Se propone trabajar con habilidades deportivas distinguiendo dos tipos de actividades:
- Juegos Deportes: Se practican distintos deportes de forma mezclada. Se seleccionan 2-3 deportes individuales y 4-5 deportes colectivos. El objetivo no es competir, sino jugar y experimentar con una variedad de deportes, mezclando incluso sus reglas.
- Grupos de Juego Deporte: Se seleccionan deportes con motricidades similares donde el sujeto muestra mayor desempeño o interés. Las actividades planteadas permiten que el sujeto experimente acciones motoras comunes a un grupo específico de deportes.
Esta fase es crucial para construir una base motriz amplia antes de orientarse hacia un deporte específico.
Fase III – Preparación Multilateral Orientada (11 a 13 años)
Dentro de esta fase, se orienta progresivamente hacia un grupo de deportes y, posteriormente, hacia el deporte donde el jugador muestra mayor eficiencia. Se potencian las habilidades que el jugador ya posee dentro de un grupo de deportes.
El entrenamiento en esta etapa distingue dos tipos de trabajo:
- La Formación Corporal Personalizada: Es fundamental el trabajo de las capacidades condicionales (fuerza, resistencia). Debido al crecimiento y maduración corporal, estas capacidades empiezan a despuntar, siendo necesario desarrollarlas correctamente. Este trabajo condicional sirve de base para las acciones técnico-tácticas, que el jugador deberá realizar a la máxima velocidad posible.
- Adquisición Orientada de la Técnica y Táctica: Se comienza a definir la especialidad deportiva del jugador. El trabajo técnico-táctico se vuelve más concreto, pero debe orientarse basándose en la realización individual del jugador, no en modelos estándares. El entrenamiento se adapta a las capacidades y necesidades específicas de cada jugador.
Las tareas deben ajustarse a las posibilidades personales de cada sujeto, con variabilidad y sin desequilibrios excesivos. Es necesario introducir tareas simuladoras preferenciales, que trabajen las diferentes estructuras del individuo: Estructura cognitiva, Estructura coordinativa, Estructura socio-afectiva. En esta fase, es vital que entrenador y jugador basen su trabajo en el proceso y no únicamente en el resultado.
Fase de Iniciación Específica (14 a 16 años)
La fase específica es la antesala del alto rendimiento. A esta edad, el jugador ha madurado emocional y motrizmente, lo que le permite iniciar un proceso de especialización deportiva con herramientas para desenvolverse con criterio. Se trabaja para que el jugador adquiera la técnica y la táctica específicas del deporte de manera global, para luego especializarse en un puesto concreto.
El proceso de entrenamiento debe adaptarse y programarse según las necesidades individuales del jugador. Se introducen tareas simuladoras más específicas, con dificultad adaptada y alternando con descansos planificados.
Se plantean dos objetivos principales:
- Optimización Técnico-Táctica: Se busca que el individuo ponga sus habilidades técnico-tácticas al servicio del equipo, adquiriendo un rol dentro del grupo y relacionándose con él. Las técnicas aprendidas deben depurarse en un contexto más competitivo. El entrenador debe plantear tareas que simulen situaciones de competición.
- Adecuación del Ecosistema: El ecosistema abarca todos los aspectos que rodean la competición y la cultura/historia del club. Es necesario valorar cómo el jugador se relaciona e interactúa con el contexto competitivo (críticas, elogios, resultados) y con la visión educativa del club.
Resumen de las Etapas Clave
Fase | Edad Aproximada | Enfoque Principal | Actividades Clave |
---|---|---|---|
Fase I: Inicio a la Práctica | 5 a 7 años | Desarrollo Motor Básico Global | Juego libre, tareas abiertas, diferentes móviles, elementos cognitivos, coordinativos, socio-afectivos. |
Fase II: Formación Genérica Polivalente | 8 a 10 años | Habilidades Motoras Deportivas Mixtas | Continuación fase I, Juegos Deportes, Grupos de Juego Deporte, trabajo indiferenciado y diferenciado. |
Fase III: Preparación Multilateral Orientada | 11 a 13 años | Orientación Progresiva, Capacidades Condicionales | Formación corporal personalizada, adquisición orientada técnica/táctica, simuladores preferenciales, enfoque en proceso. |
Fase Específica: Iniciación Específica | 14 a 16 años | Especialización Inicial, Optimización Técnico-Táctica | Técnica/táctica global y posicional, adaptación al jugador, simuladores específicos, adecuación al ecosistema, preparación para alto rendimiento. |
Preguntas Frecuentes sobre el Fútbol Base
¿Por qué no es recomendable centrarse únicamente en fútbol desde edades muy tempranas?
Centrarse solo en fútbol limita el desarrollo motor general del niño. En las primeras etapas (5-10 años), es crucial desarrollar una base motriz amplia a través de diferentes movimientos y deportes. La especialización temprana puede llevar a desequilibrios en el desarrollo y limitar el potencial a largo plazo.
¿Cuándo debe introducirse la competición de forma significativa?
Si bien la competición es parte del deporte, en las etapas iniciales (5-10 años) debe primar el aprendizaje y el desarrollo. La competición empieza a tener un papel más relevante y orientado a partir de la Fase III (11-13 años), y se intensifica en la Fase Específica (14-16 años), siempre buscando el equilibrio con el proceso formativo.
¿Qué cualidades debe tener un entrenador de fútbol base, especialmente para los más pequeños?
Un entrenador de las categorías inferiores debe estar bien preparado, no solo en fútbol, sino en pedagogía, psicología infantil y desarrollo motor. Son ellos quienes sientan las bases cognitivas, coordinativas y socio-afectivas del niño, aprovechando su gran capacidad de aprendizaje en estas edades. Poner a entrenadores menos preparados con los más pequeños es un grave error.
¿Qué significa adaptar el sistema de entrenamiento al jugador?
Significa que el programa de entrenamiento y los ejercicios deben diseñarse teniendo en cuenta las características individuales, las necesidades evolutivas y el momento de desarrollo de cada niño o grupo de niños, en lugar de aplicar un modelo rígido al que todos deben ajustarse. El enfoque debe ser flexible y centrado en el individuo.
¿Es importante la filosofía educativa del club?
Sí, es fundamental. La filosofía educativa marca la base del proyecto formativo. Un club con una buena filosofía priorizará el desarrollo integral del jugador a largo plazo por encima del resultado inmediato, asegurando que cada etapa construya sobre la anterior de forma coherente y que los entrenadores trabajen alineados con estos objetivos.
Conclusión
El fútbol base tiene una responsabilidad enorme en la formación no solo de futuros futbolistas, sino de individuos. Un enfoque centrado en el jugador, que respete sus etapas evolutivas, priorice un desarrollo motor, cognitivo, coordinativo y socio-afectivo amplio en las primeras edades, e introduzca la especificidad y la competición de manera progresiva y adecuada, sienta las bases para un desarrollo deportivo saludable y sostenible. Es hora de que las escuelas de fútbol base, independientemente de su tamaño o presupuesto, adopten filosofías que valoren el proceso educativo por encima del resultado inmediato, garantizando que los niños reciban la base que realmente necesitan para amar el deporte y desarrollar su potencial.
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