10/10/2025
La práctica deportiva y el entrenamiento físico son, en general, actividades saludables que contribuyen a mejorar nuestra calidad de vida. Sin embargo, para algunas personas, lo que comienza como una búsqueda de bienestar puede transformarse en una conducta compulsiva y perjudicial. Hablamos de la adicción al ejercicio, una condición cuya clasificación y diagnóstico han sido objeto de debate en el ámbito científico, pero cuyas consecuencias en la vida de quienes la padecen son innegables.

Definir con precisión la adicción al ejercicio ha sido un desafío. A diferencia de las adicciones a sustancias, tradicionalmente más estudiadas, identificar tendencias adictivas en el comportamiento deportivo presenta dificultades. Aunque la característica principal es el ejercicio excesivo, este término abarca también otros síntomas como la abstinencia, una sensación de euforia o 'subidón' al ejercitarse y, paradójicamente, el deterioro de la función física.
- ¿Es Realmente una Adicción? El Debate
- Trastornos Frecuentemente Asociados al Ejercicio Excesivo
- Señales de Alerta: Cómo Identificar la Adicción al Ejercicio
- Las Consecuencias Físicas y Psicológicas del Exceso
- ¿Por Qué Ocurre? Mecanismos Potenciales
- Evaluación y Diagnóstico: Herramientas Utilizadas
- La Compleja Relación con Otros Trastornos
- Posibles Caminos Hacia la Recuperación: El Tratamiento
- ¿Quiénes Están en Riesgo? Epidemiología
- Preguntas Frecuentes sobre la Adicción al Ejercicio
- Pronóstico
¿Es Realmente una Adicción? El Debate
La interpretación de si el ejercicio excesivo constituye una adicción o un comportamiento más cercano a la compulsión sigue siendo un punto de discusión. Los estudios de casos psiquiátricos han demostrado que el ejercicio exagerado puede llevar a la negligencia de responsabilidades laborales y familiares.
En el contexto de una adicción, los individuos se 'enganchan' a la sensación de euforia y placer que el ejercicio les proporciona. Este placer actúa como un refuerzo que impide que se detengan, impulsándolos a ejercitarse de forma excesiva. Por otro lado, en el caso de una compulsión, las personas a menudo no disfrutan necesariamente de repetir ciertas tareas, sino que pueden sentir que realizarlas cumple con un deber o una exigencia interna.
La falta de un modelo diagnóstico específico y ampliamente aceptado dificulta la clasificación concreta de esta condición. Mientras algunos expertos sugieren que una preocupación con el ejercicio que cause un deterioro significativo en la vida de una persona, no atribuible a otro trastorno, podría ser criterio suficiente, otros argumentan que aún no hay información suficiente para desarrollar criterios diagnósticos formales. Hasta hace unos años, el término 'ejercicio excesivo' se usaba con frecuencia, mientras que el modelo de 'adicción al ejercicio' seguía debatiéndose.
Trastornos Frecuentemente Asociados al Ejercicio Excesivo
El ejercicio llevado al extremo a menudo coexiste o está impulsado por otras condiciones psicológicas. Se han identificado principalmente tres tipos de trastornos asociados con el ejercicio excesivo:
- Anorexia athletica (o ejercicio obligatorio): Ocurre cuando un individuo siente una necesidad imperiosa de ejercitarse más allá de lo que beneficiaría a su cuerpo. Estas personas participan en actividades físicas sin importar el dolor, las lesiones o las enfermedades, y reorganizan sus vidas para maximizar el tiempo dedicado al entrenamiento.
- Ejercicio bulímico: Se presenta en individuos que tienen episodios de ingesta compulsiva (atracones) seguidos por periodos de ejercicio de alta intensidad, como una forma de compensación.
- Trastorno dismórfico corporal: Las personas con este trastorno están obsesionadas con partes específicas de su cuerpo, percibiéndolas como defectuosas o extrañas. Crean rutinas de ejercicio altamente rígidas y regimentadas en un intento de 'mejorar' la parte del cuerpo percibida como imperfecta.
Señales de Alerta: Cómo Identificar la Adicción al Ejercicio
Existen indicadores clave que pueden ayudar a reconocer cuándo la pasión por el ejercicio cruza la línea hacia una conducta problemática. Cinco señales principales de adicción al ejercicio incluyen:
- Un incremento en la cantidad o intensidad del ejercicio que resulta perjudicial o dañino.
- Un deseo de experimentar euforia; el ejercicio puede incrementarse a medida que aumenta la tolerancia a este estado eufórico.
- La incapacidad de participar en actividad física causa disfunción en la vida diaria de la persona.
- Síntomas de abstinencia severos al privarse del ejercicio, como ansiedad, inquietud, depresión, culpa, tensión, malestar, pérdida de apetito, insomnio y dolores de cabeza.
- Continuar ejercitándose a pesar de lesiones físicas o traumas.
La diferencia fundamental entre niveles saludables y adictivos de ejercicio radica en la presencia de síntomas de abstinencia cuando el ejercicio se interrumpe, así como en las propiedades adictivas que puede adquirir el ejercicio, llevando a una dependencia.
Las Consecuencias Físicas y Psicológicas del Exceso
Llevar el cuerpo al límite sin el descanso adecuado tiene serias repercusiones. Aquellos que sucumben a la adicción al ejercicio pueden experimentar sobreentrenamiento, una condición definida como una "mala adaptación a un período crónico de estrés excesivo causado por el esfuerzo físico, que resulta en el desarrollo de un síndrome que compromete la salud y el rendimiento deportivo".
El sobreentrenamiento puede manifestarse a través de uno o más de los siguientes síntomas:
- Dolor muscular persistente.
- Frecuencia cardíaca elevada en reposo.
- Mayor susceptibilidad a las infecciones.
- Mayor incidencia de lesiones.
- Insomnio.
- Disminución del apetito.
- Pérdida de peso.
- Rendimiento deportivo deteriorado.
- Disminución de la coordinación motora y la producción de fuerza.
Además de los efectos físicos, la adicción al ejercicio también puede provocar alteraciones del estado de ánimo. Quienes se someten a entrenamientos rigurosos sin un descanso adecuado tienen más probabilidades de experimentar depresión, ira, fatiga y confusión.
A largo plazo, el ejercicio excesivo puede incluso conducir a la osteoporosis prematura. El sobreentrenamiento puede causar reducciones en los esteroides gonadales y niveles elevados de hormonas del estrés como el cortisol. La disminución de los esteroides gonadales reduce la actividad de los osteoblastos (células formadoras de hueso), mientras que el aumento del cortisol conduce a una mayor actividad de los osteoclastos (células que reabsorben hueso) y a una reducción de la absorción intestinal de calcio. La reducción en la absorción de calcio sin un aumento concurrente en la ingesta de calcio incrementará la secreción de la hormona paratiroidea para mantener la homeostasis del calcio, promoviendo aún más la actividad osteoclástica y debilitando los huesos.
¿Por Qué Ocurre? Mecanismos Potenciales
A pesar de la investigación, los mecanismos precisos involucrados en el desarrollo de una adicción al ejercicio, y la transición de un compromiso saludable con el ejercicio a una conducta compulsiva, aún no se conocen completamente. Sin embargo, se sabe que la adicción al ejercicio a menudo comienza con un deseo de mejorar la forma física. Trastornos alimentarios, como la anorexia nerviosa o la bulimia, pueden fomentar una obsesión poco saludable con el ejercicio. De manera similar, un trastorno de la imagen corporal puede ser un factor desencadenante.
Uno de los mecanismos predominantes para explicar esta adicción reside en el hecho de que estas actividades exponen a los individuos a los efectos que alteran el estado de ánimo del comportamiento, y muchas veces pueden liberar dopamina directamente en el torrente sanguíneo. El funcionamiento químico del cerebro también puede desempeñar un papel integral en los posibles cambios de humor basados en el ejercicio.
Se han propuesto varias hipótesis biológicas que asocian un estado de ánimo mejorado con el ejercicio:
- La Hipótesis Termogénica: Se sugiere que el ejercicio aumenta la temperatura corporal, lo que a su vez disminuye la ansiedad somática. Esta disminución de la ansiedad podría estar relacionada con una temperatura más alta en ciertas regiones del cerebro.
- La Hipótesis de las Catecolaminas: El ejercicio libera catecolaminas, un grupo de sustancias en el torrente sanguíneo (generalmente en respuesta al estrés emocional/físico) que regulan nuestro estado de ánimo, atención y movimiento, así como respuestas endocrinas y cardiovasculares vinculadas a los niveles de estrés en nuestro cuerpo.
- La Hipótesis de las Endorfinas: El ejercicio libera endorfinas, que son opiáceos que se producen naturalmente en el cuerpo. Sin embargo, una experiencia placentera como esta puede tener consecuencias indirectas, resultando en una irregularidad donde la producción aumentada de endorfinas con el tiempo incita al individuo a continuar realizando ejercicio aeróbico intenso de forma regular. Niveles tan altos de producción de endorfinas significan que el cerebro deberá regular a la baja su producción interna, esencialmente 'manipulando' al individuo para que crea que el ejercicio debe realizarse diariamente para mantener el nuevo equilibrio 'natural' en el cerebro.
Estas hipótesis sugieren que una vez que el ejercicio ocurre a altas frecuencias, debe mantenerse de manera similar y es muy difícil romper el patrón. De manera similar, se argumenta que con la reducción del placer voluntario de otras actividades, es probable que una persona deba mantener tales niveles de ejercicio intenso para optimizar y activar ciertos sistemas de recompensa dentro del sistema dopaminérgico mesolímbico en el cerebro. Si estos sistemas no se activan, la persona continuará sintiendo el nivel original de malestar previo al ejercicio.
Evaluación y Diagnóstico: Herramientas Utilizadas
Evaluar si un individuo es adicto al ejercicio puede ser complejo. La mayoría de las herramientas utilizadas para determinar el riesgo de adicción al ejercicio son adaptaciones de herramientas empleadas para evaluar otras adicciones conductuales. Las herramientas para detectar trastornos alimentarios también pueden indicar un alto riesgo de adicción al ejercicio, dada la frecuente comorbilidad entre ambas condiciones.
Entre los instrumentos desarrollados, se encuentra el Cuestionario de Ejercicio Obligatorio (Obligatory Exercise Questionnaire), creado por Thompson y Pasman en 1991. Consiste en 20 preguntas sobre hábitos de ejercicio y actitudes hacia el ejercicio y la imagen corporal. Los pacientes responden a afirmaciones en una escala de 1 (nunca) a 4 (siempre).
Este cuestionario contribuyó al desarrollo de otra herramienta de evaluación, el Inventario de Adicción al Ejercicio (Exercise Addiction Inventory), desarrollado por Terry et al. en 2004. Este inventario es un autoinforme diseñado para examinar las creencias de un individuo sobre el ejercicio. Está compuesto por seis afirmaciones relacionadas con la percepción del ejercicio, que abordan: la importancia del ejercicio para el individuo, conflictos en las relaciones debido al ejercicio, cómo cambia el estado de ánimo con el ejercicio, la cantidad de tiempo dedicado a ejercitarse, el resultado de saltarse un entrenamiento y los efectos de disminuir la actividad física. Se pide a los individuos que califiquen cada afirmación en una escala de 1 (muy en desacuerdo) a 5 (muy de acuerdo). Si un individuo obtiene una puntuación superior a 24, se considera que está en riesgo de adicción al ejercicio.
La Compleja Relación con Otros Trastornos
Las condiciones que coexisten con la adicción al ejercicio son prominentes, ya que pueden enmascararla o complicar su tratamiento. Trastornos alimentarios y Trastornos de Control de Impulsos, al igual que muchos otros trastornos de ansiedad, a menudo pueden disfrazarse de adicción al ejercicio y se mantienen principalmente por refuerzo negativo a través de la reducción de la ansiedad. El comportamiento adictivo, más comúnmente descrito como impulsividad, consiste en respuestas bruscas, rápidas y no planificadas a estímulos externos o internos. El comportamiento impulsivo puede resultar en muchas consecuencias negativas y está intuitivamente impulsado por un objetivo final deseado de una recompensa positiva, similar a la que se recibe después de un buen entrenamiento.
Los trastornos alimentarios son los trastornos comórbidos más comunes con la adicción al ejercicio, afectando a entre el 39% y el 48% de las personas que sufren de ambos. Para algunos, la motivación principal para el ejercicio es la pérdida de peso extrema, lo que se ha denominado específicamente anorexia athletica. Cuando la adicción al ejercicio y los trastornos alimentarios coexisten, a menudo solo se trata el trastorno alimentario, que es más conocido y aparente, mientras que la adicción al ejercicio secundaria se disfraza y a menudo se deja de lado. A pesar de una relación más saludable con la comida y el apetito, el individuo puede seguir sin ganar peso adicional, lo que lleva a un ciclo repetitivo que se gestiona a través de un régimen de ejercicio más potente.
La adicción al ejercicio también se relaciona a menudo con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), ya que los adictos al ejercicio pueden tener obsesiones o compulsiones hacia la actividad física. Además, como se mencionó, es un síntoma secundario común de la bulimia o la anorexia nerviosa. Al diagnosticar la bulimia, la adicción al ejercicio se considera un comportamiento compensatorio y un indicador del trastorno subyacente. La investigación también muestra que la adicción al ejercicio no solo influye en el desarrollo de los trastornos alimentarios, sino también en su mantenimiento.
La adicción, por definición, incluye comportamientos compulsivos repetidos que afectan negativamente la vida diaria. La adicción al ejercicio es un tipo de adicción de proceso, en la que el estado de ánimo de un individuo hacia un determinado evento se vuelve dependiente de comportamientos adictivos. Muchas actividades educativas, laborales y sociales se abandonan debido al ejercicio excesivo. La depresión puede desarrollarse si se descuida el ejercicio o puede ser resultado de lesiones físicas recurrentes que limitan la capacidad de ejercitarse.
Posibles Caminos Hacia la Recuperación: El Tratamiento
El tratamiento de las adicciones conductuales y los trastornos por uso de sustancias comparten similitudes. Las opciones de tratamiento para la adicción al ejercicio a menudo incluyen la exposición y prevención de respuesta, una técnica terapéutica utilizada en el tratamiento de trastornos de ansiedad y TOC.
Hasta la fecha, no existen medicamentos específicamente aprobados para el tratamiento de las adicciones conductuales como la adicción al ejercicio. Aunque estudios han mostrado resultados prometedores en el uso de fármacos que alteran el sistema glutamatérgico para tratar *otras* adicciones, su aplicación directa a la adicción al ejercicio aún no está establecida.
En los casos donde la adicción al ejercicio coexiste con un trastorno alimentario, el tratamiento suele abordar ambos simultáneamente a través de psicoterapia. Este enfoque puede incluir educación sobre la condición, intervenciones conductuales para modificar los patrones de ejercicio y una estructura de apoyo familiar fortalecida. Al tratar el trastorno alimentario, las obsesiones y compulsiones producidas por ideales de imagen corporal distorsionados también son abordadas, lo que incluye la adicción al ejercicio vinculada a estas preocupaciones.
¿Quiénes Están en Riesgo? Epidemiología
La mayor parte de la investigación sobre la prevalencia de la adicción al ejercicio se ha centrado en poblaciones adultas o estudiantes universitarios, y se sabe menos sobre su epidemiología en la adolescencia. Un estudio realizado por Villella y colaboradores examinó a un grupo de estudiantes y la prevalencia de diversas adicciones, encontrando que la adicción al ejercicio era la segunda más prevalente, solo superada por la compra compulsiva.
Existen grupos de alto riesgo que parecen ser más susceptibles a desarrollar adicción al ejercicio. Estos incluyen atletas en deportes que fomentan la delgadez o cumplen con estándares de apariencia estrictos, mujeres jóvenes y de mediana edad, y hombres jóvenes.
Preguntas Frecuentes sobre la Adicción al Ejercicio
¿Cuáles son los síntomas más evidentes de la adicción al ejercicio?
Los síntomas clave incluyen ejercitarse en exceso hasta el punto de hacerse daño, sentir una necesidad imperiosa de ejercitarse para experimentar euforia, experimentar disfunción en la vida diaria si no se entrena, sufrir síntomas de abstinencia (ansiedad, depresión, insomnio) al dejar de ejercitarse, y continuar entrenando a pesar de estar lesionado o enfermo.
¿La adicción al ejercicio se considera un trastorno mental reconocido?
La clasificación y el diagnóstico de la adicción al ejercicio aún se debaten en la comunidad científica. No existe un modelo diagnóstico único y ampliamente aceptado como ocurre con otras adicciones. A menudo se describe como un comportamiento excesivo o compulsivo, y frecuentemente coexiste con trastornos alimentarios u otros trastornos de control de impulsos.
¿Es posible recuperarse de la adicción al ejercicio?
Sí, la recuperación es posible. El tratamiento suele implicar enfoques terapéuticos similares a los de otras adicciones conductuales, como la psicoterapia, que puede incluir educación, intervenciones conductuales y apoyo familiar. Es especialmente importante abordar cualquier trastorno comórbido, como los trastornos alimentarios, para lograr una recuperación completa.
¿Cómo afecta la adicción al ejercicio las relaciones personales y laborales?
Las personas con adicción al ejercicio tienden a priorizar el entrenamiento por encima de sus relaciones familiares y de amistad, sus responsabilidades laborales y otras actividades sociales. Esto puede llevar a la negligencia de estos aspectos importantes de la vida, causando conflictos y aislamiento social.
Pronóstico
Los individuos con adicción al ejercicio pueden llegar a anteponer el entrenamiento a aspectos cruciales de su vida como la familia y los amigos, el trabajo, el descanso necesario para recuperarse de lesiones y otras actividades sociales. Si no se identifica y trata adecuadamente, una adicción al ejercicio puede conducir a un deterioro significativo en la salud física y mental del individuo, afectando su calidad de vida de manera profunda.
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