07/10/2025
Las hemorroides, una condición común que afecta las venas en el área anal y rectal, pueden ser una molestia significativa, especialmente para quienes llevan un estilo de vida activo. Si bien el ejercicio físico regular es fundamental para la salud general y puede incluso ayudar a prevenir las hemorroides al combatir el estreñimiento, ciertas actividades y prácticas pueden exacerbar los síntomas existentes o aumentar el riesgo de desarrollarlas. Es crucial entender qué ejercicios evitar y cómo adaptar tu rutina para mantenerte en forma sin comprometer tu bienestar anorrectal.

El Vínculo entre Ejercicio y Hemorroides
La relación entre el ejercicio y las hemorroides es doble. Por un lado, la actividad física moderada y regular es beneficiosa. Ayuda a mantener un peso saludable, mejora la circulación y, lo más importante, estimula el tránsito intestinal, reduciendo el riesgo de estreñimiento, una de las principales causas de la presión que lleva a la formación de hemorroides. Por otro lado, ciertos tipos de ejercicio o la forma en que se practican pueden generar una presión excesiva en la zona pélvica y abdominal, lo que puede agravar las hemorroides ya presentes o contribuir a su aparición.
Permanecer mucho tiempo sentado o de pie, posturas comunes en algunos trabajos o actividades, ya aumenta la presión en las venas hemorroidales. Si a esto le sumamos esfuerzos físicos intensos sin la técnica adecuada, el riesgo se dispara. Adaptar el tipo de ejercicio a la situación de tus hemorroides es fundamental, ya que no es lo mismo estar en una fase de remisión que sufrir una crisis con inflamación y dolor agudos.
Ejercicios y Actividades que Podrían Empeorar las Hemorroides
La clave para identificar qué ejercicios evitar radica en comprender qué actividades aumentan significativamente la presión intraabdominal y pélvica. Cuando esta presión se eleva, las venas hemorroidales, que ya pueden estar inflamadas o debilitadas, sufren un estrés adicional que puede llevar a un aumento del dolor, la inflamación e incluso el sangrado.
Levantamiento de Pesas Intensivo
El levantamiento de pesas, especialmente con cargas muy elevadas, es uno de los principales candidatos a evitar o, al menos, abordar con extrema precaución. Al levantar un peso considerable, instintivamente contenemos la respiración y tensamos los músculos abdominales y del suelo pélvico (maniobra de Valsalva). Esta acción provoca un aumento drástico de la presión dentro del abdomen. Esta presión se transmite directamente a las venas del recto y el ano. Si estas venas ya están hinchadas, el incremento de presión las comprime y estira aún más, exacerbando los síntomas.
No se trata de prohibir por completo las pesas, sino de ser consciente del riesgo asociado a los levantamientos máximos o con cargas muy pesadas. Los ejercicios ligeros o moderados con pesas, realizados con una técnica de respiración adecuada (exhalando durante el esfuerzo) y sin contención, pueden no representar un riesgo tan alto.

Ejercicios que Implican Esfuerzo o Contención
Más allá del levantamiento de pesas, cualquier actividad que requiera un esfuerzo muy intenso o que provoque una contención prolongada de la respiración puede ser perjudicial. Esto podría incluir:
- Esfuerzos máximos en cualquier deporte (por ejemplo, empujar un objeto muy pesado, sprintar a máxima capacidad si implica una contención respiratoria marcada).
- Algunos ejercicios abdominales si se realizan con una técnica incorrecta que genera excesiva presión hacia abajo en lugar de hacia dentro.
- Actividades que fuerzan la musculatura del suelo pélvico de forma descontrolada o con excesiva tensión.
Actividades con Impacto o Fricción Directa
Aunque no generan tanta presión interna como las pesas, algunas actividades pueden irritar directamente las hemorroides externas o prolapsadas debido al impacto o la fricción:
- Ciclismo (especialmente en sillines duros o durante largos periodos). La presión directa sobre la zona perineal puede empeorar la inflamación.
- Equitación.
- Remo (en algunos casos, por la postura y el esfuerzo).
En el caso de estas actividades, la comodidad es un buen indicador. Si una actividad causa dolor o molestia directa en la zona anal, es mejor evitarla o buscar alternativas hasta que las hemorroides mejoren.
¿Qué Pasa si Entreno con Hemorroides?
Entrenar con hemorroides, especialmente realizando los ejercicios mencionados, puede tener consecuencias directas y desagradables:
- Aumento del Dolor e Inflamación: El incremento de la presión en las venas ya inflamadas intensifica el dolor y la sensación de hinchazón en la zona anal.
- Sangrado: Las venas hemorroidales, especialmente las internas, son frágiles. El esfuerzo excesivo puede hacer que se rompan, provocando sangrado rectal, que se manifiesta como sangre roja brillante en las heces, el papel higiénico o la taza del inodoro.
- Prolapso: Las hemorroides internas pueden salir a través del orificio anal debido al aumento de presión, causando dolor e incomodidad significativos.
- Trombosis: En casos severos, el estancamiento de la sangre en una hemorroide externa debido a la presión puede llevar a la formación de un coágulo (hemorroide trombosada), una condición muy dolorosa que a menudo requiere intervención médica.
Es fundamental escuchar a tu cuerpo. Si una actividad física empeora tus síntomas, es una señal clara de que debes modificarla o suspenderla temporalmente.
Adaptando Tu Rutina de Ejercicio con Hemorroides
Tener hemorroides no significa que debas dejar de hacer ejercicio por completo. De hecho, mantenerte activo de forma adecuada es beneficioso. La clave está en la adaptación:
- Opta por Intensidad Moderada: Ejercicios cardiovasculares como caminar, nadar o correr a un ritmo moderado son excelentes opciones. Mejoran la circulación y el tránsito intestinal sin generar picos de presión perjudiciales.
- Reduce la Carga en el Levantamiento de Pesas: Si disfrutas del entrenamiento de fuerza, reduce significativamente el peso y concéntrate en un mayor número de repeticiones con buena técnica y control de la respiración. Evita la maniobra de Valsalva.
- Considera Ejercicios Específicos: Algunos ejercicios fortalecen el suelo pélvico de manera controlada, lo que puede ser beneficioso. Los ejercicios de Kegel, si se realizan correctamente (consultando a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico), pueden mejorar el tono muscular de la zona. Los ejercicios hipopresivos también pueden ayudar a gestionar la presión intraabdominal de forma más eficiente.
- Evita Estar Sentado o de Pie Demasiado Tiempo: Si tu entrenamiento implica periodos prolongados en estas posturas (por ejemplo, en ciertas máquinas de gimnasio), toma descansos frecuentes para moverte.
- Postura y Técnica: Presta atención a tu postura, no solo al entrenar, sino también en tu día a día, especialmente al ir al baño. Una postura adecuada puede reducir el esfuerzo.
Prevención y Manejo Adicional
El ejercicio es solo una pieza del rompecabezas. Para prevenir y manejar las hemorroides, es esencial abordar otros factores:
Dieta Rica en Fibra
Una ingesta adecuada de fibra es fundamental para mantener las heces blandas y evitar el estreñimiento. Esto reduce la necesidad de esfuerzo durante la defecación. Alimentos como lentejas, avena, almendras, brócoli, manzanas (con piel), peras (con piel), judías, chía, zanahorias y garbanzos son excelentes fuentes de fibra.
Hidratación Suficiente
Beber suficiente agua (aproximadamente 35 ml por kg de peso corporal al día) es crucial para que la fibra haga su trabajo y las heces se mantengan suaves.
Evitar Esfuerzos al Defecar
No te esfuerces ni permanezcas sentado en el inodoro por periodos prolongados. Si tienes dificultades, considera el uso de un taburete para elevar las rodillas, lo que facilita una posición más natural para la evacuación.

Higiene Suave
Limpia la zona anal con suavidad, utilizando papel higiénico suave y húmedo o toallitas sin fragancia. Evita frotar agresivamente.
Consultar a un Profesional
Si los síntomas persisten o empeoran, o si experimentas sangrado, es vital consultar a un médico. Un proctólogo o gastroenterólogo puede diagnosticar correctamente la condición y recomendar el tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos para reducir la inflamación o, en casos severos, procedimientos médicos.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Puede levantar pesas causar hemorroides?
Sí, levantar pesas pesadas puede contribuir al desarrollo de hemorroides. El esfuerzo intenso aumenta la presión intraabdominal, que se transmite a las venas del recto y el ano, pudiendo causar su hinchazón.
¿Es seguro hacer pesas si ya tengo hemorroides?
Requiere precaución. El levantamiento de pesas intenso puede empeorar los síntomas existentes (dolor, inflamación, sangrado). Se recomienda reducir la carga, centrarse en la técnica y la respiración, o optar por ejercicios de menor impacto. Consulta siempre a un especialista.
¿Qué ejercicios son seguros con hemorroides?
Generalmente, los ejercicios de intensidad moderada como caminar, nadar, yoga suave o pilates son seguros y beneficiosos. Los ejercicios específicos para el suelo pélvico, como Kegel o hipopresivos (supervisados por un profesional), también pueden ser útiles.

¿Qué debo hacer si mis hemorroides duelen al hacer ejercicio?
Si sientes dolor, detente inmediatamente. Es una señal de que la actividad está causando tensión. Evalúa el tipo de ejercicio y considera reducir la intensidad o cambiar a una actividad diferente. Si el dolor persiste, consulta a un médico.
¿El ciclismo es malo para las hemorroides?
Para algunas personas, sí. La presión prolongada del sillín puede irritar las hemorroides externas. Prueba con sillines más acolchados, usa pantalones de ciclismo con almohadillas o limita la duración de los paseos. Si causa molestias, busca una alternativa como la natación o caminar.
¿Cuándo debo ver a un médico por hemorroides y ejercicio?
Si experimentas sangrado, dolor intenso, un bulto que no desaparece, o si los síntomas no mejoran con las medidas caseras y la adaptación del ejercicio después de una semana, es fundamental consultar a un médico (proctólogo o gastroenterólogo) para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
En resumen, aunque el ejercicio es vital para una vida sana, es importante ser consciente de cómo afecta a las hemorroides. Evitando los esfuerzos excesivos, adaptando tu rutina y combinando el ejercicio adecuado con una buena alimentación y hábitos intestinales, puedes mantenerte activo minimizando el riesgo de empeorar esta condición.
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